ESCUELA CUZQUEÑA, SIGLO XVIII
Cristo con la cruz a cuestas

Óleo sobre lienzo. 81,5 x 59,5 cm.
 
Las procesiones religiosas jugaron un papel primordial en la sociedad hispanoamericana. Cuenta la tradición que todos los viernes después de la misa, salían en procesión esculturas que representaban el sufrimiento del Vía Crucis, la Virgen María y otros santos recorriendo las calles principales de pueblos y ciudades para luego regresar a sus pequeños altares o capillas.
 
Sobre una mesa de altar decorado con dos jarrones de zinnias, flores nativas de américa, el pintor nos sitúa en el centro de la composición a Cristo en el momento que tropieza camino al Calvario. Sobre su hombro izquierdo porta la cruz y con su mano derecha se apoya sobre un pedestal. La figura de Jesús, se presenta sin sentimentalismos, pero podemos apreciar su sufrimiento aparente en las líneas faciales, así como en las heridas con sangre que brota de su rostro y de sus manos. El lienzo, está ricamente engalanado con adornos en brocado que cubre de forma extensiva la túnica, el manto de Cristo y el cortinaje que la rodea.
 
La obra que presentamos es un verdadero retrato de una imagen escultórica procesional y podría estar inspirada en el “Nazareno” venerado en una de las capillas laterales de la Iglesia de San Francisco de Cuzco.