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807. MIGUEL CABRERA (México, 1695 - 1768)
La imposición del cíngulo de castidad a Santo Tomás de Aquino
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PINTURA ANTIGUA

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MIGUEL CABRERA (México, 1695 - 1768)
La imposición del cíngulo de castidad a Santo Tomás de Aquino

Óleo sobre lienzo, 62 x 49,5 cm.
Firmado: “Mich.L Cabrera pinxit”.
Inscrito: “De parte de Dios ……. y comunicamos el don de perpetua Virginidad” y “De aquí adelante vivirás tan puro como sino tuvieras carne y solo fueras espíritu”.
 
PROCEDENCIA:
Antigua colección del Marqués del Valle de Oaxaca.
 
Miguel Cabrera, pintor destacado en la pintura novohispana, es reconocido no sólo por su maestría en pintura sino también por su influencia en la construcción de la identidad artística de Nueva España. El pintor, produjo una amplia variedad de obras religiosas que aún se conservan en iglesias, museos y colecciones privadas siendo su obra un testimonio de la riqueza artística en América.
Santo Tomás de Aquino (1225- 1274), figura como una de las personalidades más destacadas en la historia de la filosofía y la teología. La Iglesia católica lo honra con el título de “Doctor Angélico” debido a su devoción a la virtud que asemeja al hombre con lo ángeles. Sus textos teológicos más renombrados son “La Suma Teológica” y “El Oficio del Santísimo Sacramento”. Perteneció a la orden de los dominicos.
La obra que presentamos, firmada por Miguel Cabrera y procedente de la antigua colección del Marqués del Valle de Oaxaca de Madrid, retrata un momento crucial en la vida del eminente teólogo dominico. En esta obra, vemos a Santo Tomás de Aquino durante la imposición del cíngulo de castidad por una pareja de ángeles. La leyenda que rodea este episodio relata, que desde temprana edad Santo Tomás sintió una vocación religiosa profunda y se unió a la orden de Santo Domingo. Sin embargo, su familia, intentó obstaculizar su camino, incluso llegando al punto de secuestrarlo y encerrarlo en un castillo durante un viaje. A pesar de los esfuerzos de persuasión, incluso empleando la artimaña de la tentación por parte de una mujer, Santo Tomás permaneció firme en su compromiso religioso. En un acto de devoción, ahuyentó a la mujer y trazo una cruz en la pared antes de postrarse en oración, implorando a Dios que se mantuviera casto. Fue en ese instante cuando dos ángeles descendieron para consolarlo y ceñirle el cinturón de castidad.
El pintor, en su estilo distintivo caracterizado por líneas firmes y colores cálidos y vibrantes, coloca al Santo en el centro de la composición. Viste hábito dominico, con túnica blanca que muestra un rosario y manto negro con el capuchón caído hacia atrás. Un sol, símbolo de sabiduría cuelga sobre su pecho. El rostro del Santo, hábilmente ejecutado por Cabrera, lo muestra como un joven imberbe, con mirada dirigida a la Santísima Virgen y el Niño en la parte superior del lienzo. A su lado un ángel, que lleva una corona de flores y un lirio, mientras que, sobre la cabeza del Santo, la paloma del Espíritu Santo desciende para inspirarlo. A los pies del Santo una pareja de ángeles con filacterias inscritas, ajustan el cíngulo.





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