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805. ¿PIERRE-PAUL PRUD’HON (1758-1823)? Y CONSTANCE MAYER (1775-1821)
El Sueño de Venus y CupidoVenus et l’Amour endormis caressés et réveillés par les zéphyrsThe Sleep of Venus (Le sommeil de Vénus)
c. 1806
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PINTURA ANTIGUA

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¿PIERRE-PAUL PRUD’HON (1758-1823)? Y CONSTANCE MAYER (1775-1821)
El Sueño de Venus y CupidoVenus et l’Amour endormis caressés et réveillés par les zéphyrsThe Sleep of Venus (Le sommeil de Vénus)
c. 1806

Lápiz negro, clarión y aguada sobre papel adherido a cartón. 34,6 x 51,7 cm. Medidas totales con el cartón: 47 x 62 cm.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo sobre el nombre de Mlle Mayer: “PH”?
Firmado en el ángulo inferior izquierdo: “Mlle Mayer”.

BILBIOGRAFÍA DE REFERENCIA:
Laveissière, Sylvain. Pierre-Paul Prud’Hon. Nueva York: Harry N. Abrams, 1998. Cat. Exp. U.S.A., Nueva York, 1998, Metropolitan Museum (p. 238-239).
 
La colaboración de Prud´hon y Mayer fue una constante entre ambas producciones artísticas y fue extremadamente inusual. Constance Mayer se convirtió en alumna de Prud’hon en 1803 después de haber estudiado con Joseph Benoît Suvée y Jean-Baptiste Greuze. Al año siguiente, expuso Desprecio por la riqueza y continuó exhibiendo bajo su propio nombre hasta 1819, cuando presentó El sueño de la felicidad. A lo largo de los años, mostró siete pinturas en el Salón. Todas estas obras se basaban en dibujos, bocetos al óleo y, a veces, incluso en estudios de figuras a gran escala en pastel realizados por Prud’hon. Los dos artistas no solo trabajaban juntos, sino que también mantenían una estrecha relación personal. Mayer se convirtió en la amante de Prud’hon, madre de sus hijos, así como en su consejera y compañera. En el estudio, era una asistente de un tipo completamente nuevo, Prud´hon confió en ella en la ejecución de sus obras bajo las creaciones e ideas de Prud´hon. Sabemos que Prud’hon trabajaba lentamente, y su meticulosidad no le permitía entregar una pintura antes de estar personalmente satisfecho con ella. No obstante, tenía una imaginación fértil y nunca habría tenido tiempo de terminar todos los proyectos esbozados en sus bocetos. Cuando era joven, Mayer soñaba con convertirse en pintora de historia. En efecto, se convirtió en la mano y el pincel de Prud’hon. Gracias a ella, composiciones que de otro modo habrían quedado relegadas al olvido en sus carpetas fueron ejecutadas profesionalmente y en mucho menos tiempo del que él habría necesitado para completarlas. De esta manera, ella satisfacía su ambición mientras ayudaba a un maestro reconocido a quien admiraba. Por honestidad, para darle el crédito que merecía y para promover su carrera, Prud’hon le permitía firmar estas obras. Para él, lo más importante era que fueran pintadas. Entre los mejores ejemplos de esta colaboración destacan Le flambeau de Vénus (Museo de Napoleón Arenenberg, Salestein, Suiza) y Le rêve du bonheur (Museo del Louvre, París).

Prud’hon se consolidó también como uno de los más destacados dibujantes de su tiempo. Sus estudios le permitían analizar la naturaleza, perfeccionar su técnica y documentar las distintas etapas de su proceso creativo. Muchos de sus dibujos fueron concebidos como preparaciones para composiciones de mayor envergadura, funcionando como eslabones fundamentales en el desarrollo de sus obras.

Este exquisito dibujo representa una significativa aportación al corpus pictórico de obras colaborativas entre Pierre-Paul Prud’hon y Constance Mayer. Se trata de un estudio detallado y practicamente acabado que documenta el proceso creativo de ambos artistas y que sirvió como preparación para la pintura Venus et l’Amour endormis caressés et réveillés par les zéphyrs, presentada por Mayer en el Salón de 1806 y actualmente conservada en The Wallace Collection.

Existe un dibujo preparatorio de Prud’hon con la misma temática (Venus et l’Amour endormis caressés et réveillés par les zéphyrs, 24,5 x 34,8 cm), conservado en el Museo del Louvre. En el dibujo que aquí presentamos, firmado por Mayer, pueden apreciarse unas iniciales “PH”, que teniendo en cuenta el trabajo conjunto de Mayer con Prud´hon y tantas veces visto en su obra pueden corresponder a las iniciales de Prud´hon (fig.1). La presencia de una cuadrícula en los extremos del dibujo, similar a la del conservado en el Museo del Louvre, sugiere que pudo haber sido utilizada como referencia para su traslado al formato mayor (el The Wallace Collection).

Podemos así establecer tres momentos clave en la evolución de la obra Venus et l’Amour endormis caressés et réveillés par les zéphyrs: el estudio inicial de Prud’hon, conservado en el Museo del Louvre; el presente dibujo, que representa una versión más acabada; y la obra final de Constance Mayer, expuesta en el Salón de 1806 y actualmente conservada en The Wallace Collection.

El análisis comparativo entre estas versiones revela interesantes y sutiles variaciones compositivas. Tanto en el boceto del Louvre como en el dibujo aquí presentado, el arco de Cupido y la copa llameante siguen la misma disposición. Sin embargo, en la pintura definitiva, Mayer alteró esta composición, incorporando un carcaj en lugar de la copa llameante.

Este dibujo constituye así un testimonio excepcional del proceso de colaboración entre ambos artistas y de la evolución de una de sus obras más emblemáticas y se ha conservado en la misma colección privada desde mediados del siglo XIX.





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