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537. Colección de dieciséis grabados de los Trabajos de Hércules de la serie de pinturas al fresco de Luca Giordano para el Casón del Buen Retiro.Con sello estampado de la Calcografía Nacional en el primer grabado.Madrid, h. 1779..

JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules a la cuna sofocando las serpientes que le envío juno para que le matasen, nº 1 Aguafuerte, buril sobre papel. 26,5 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Mercurio, Palas y Vulcano suministran a Hércules armas y valor, nº 2 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,5 x 23 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata la hidra de la laguna Lernea, nº3 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,5 x 22,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules vence y mata al Gerión, nº4 Aguafuerte, buril sobre papel. 37,5 x 23,5 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules vence y se lleva muertos a Bergeón y Albión, nº5 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 18,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules baja al infierno para sacar a Alcestes, nº6 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hercules encadena y saca al Can Cerbero que le impedia el ingreso al infierno, nº7 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 19,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules restituye a Alcestes a su marido Admeto, nº8 Aguafuerte, buril sobre papel. 37 x 23 cm NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata a Lyco, nº9 Aguafuerte, buril sobre papel. 37 x 19 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata las aves Estinfalides, nº10 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata al buitre que sacaba las entrañas a Prometeo, nº11 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules lleva vivo el jabalí del monte Erymanto, nº12 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 19 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules alcanza al ciervo de los pies de bronce y astas de oro, nº13 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 19 cm JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules doma la toro de Creta, nº14 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,54 x 19,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules sofoca al león de la selva de Nemea, nº15 Aguafuerte, buril sobre papel. 35 x 19 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata al dragón del huerto de Hespérides, nº16 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 19 cm.

Precio salida

2.000 €

537. Colección de dieciséis grabados de los Trabajos de Hércules de la serie de pinturas al fresco de Luca Giordano para el Casón del Buen Retiro.Con sello estampado de la Calcografía Nacional en el primer grabado.Madrid, h. 1779..

JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules a la cuna sofocando las serpientes que le envío juno para que le matasen, nº 1 Aguafuerte, buril sobre papel. 26,5 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Mercurio, Palas y Vulcano suministran a Hércules armas y valor, nº 2 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,5 x 23 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata la hidra de la laguna Lernea, nº3 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,5 x 22,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules vence y mata al Gerión, nº4 Aguafuerte, buril sobre papel. 37,5 x 23,5 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules vence y se lleva muertos a Bergeón y Albión, nº5 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 18,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules baja al infierno para sacar a Alcestes, nº6 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hercules encadena y saca al Can Cerbero que le impedia el ingreso al infierno, nº7 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 19,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules restituye a Alcestes a su marido Admeto, nº8 Aguafuerte, buril sobre papel. 37 x 23 cm NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata a Lyco, nº9 Aguafuerte, buril sobre papel. 37 x 19 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata las aves Estinfalides, nº10 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata al buitre que sacaba las entrañas a Prometeo, nº11 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 26,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules lleva vivo el jabalí del monte Erymanto, nº12 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 19 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules alcanza al ciervo de los pies de bronce y astas de oro, nº13 Aguafuerte, buril sobre papel. 35,5 x 19 cm JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules doma la toro de Creta, nº14 Aguafuerte, buril sobre papel. 36,54 x 19,5 cm. JUAN BARCELÓN Y ABELLÁN (1739-1801) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules sofoca al león de la selva de Nemea, nº15 Aguafuerte, buril sobre papel. 35 x 19 cm. NICOLÁS BRASANTI (¿- 1815) JOSÉ DEL CASTILLO (1737- 1793) LUCA GIORDANO (1634- 1705) Hércules mata al dragón del huerto de Hespérides, nº16 Aguafuerte, buril sobre papel. 36 x 19 cm.

Precio salida: 2.000 €

VENDIDO
541. FRANCISCO MARTÍNEZ (activo 1717-1758)Virgen de Guadalupe, 1737.

Óleo sobre lienzo. 208,5 x 131,5 cm. Firmada y fechada: “Francus Martínez fat anno 1737”. Bibliografía: Luisa Elena Alcalá, “La obra del pintor novohispano Francisco Martínez”, Anales del Museo de América, nº 7, 1999, 175-187. Toussaint, M., Pintura colonial en México, México D.F., 1990 (1ª ed. 1965) Pese a su exitosa carrera, “la fortuna crítica de Martínez se ha limitado a su faceta como dorador, ignorando casi siempre su vertiente pictórica”, señala la especialista Luisa Elena (pág. 175) pues “tuvo la desdicha de vivir entre dos generaciones repletas de pinceles sobresalientes: la integrada por pintores mayores que él como Cristóbal de Villalpando y los hermanos Juan y Nicolás Rodríguez Juárez, y la de los más jóvenes abanderados por Miguel Cabrera cuya fama ha ensombrecido el conocimiento de otros pintores coetáneos o inmediatamente anteriores a él” (p. 176). Los importantes encargos que realizó a lo largo de su carrera nos muestran que fue un muy pintor demandado y especialmente valorado. Así, en 1743 se encuentra dorando el retablo mayor de la Catedral de México, y en 1747 realizando el túmulo funerario de Felipe V en Guatemala y las arquitecturas efímeras para la jura de Fernando VI en México. Antes de esos encargos vinculados, de alguna manera, al poder político y religioso, había trabajado para la Congregación de San Pedro, “una de las hermandades de mayor prestigio en la capital virreinal” y, en mayor medida, para la Compañía de Jesús. Desde que en 1728 pintase “los arcos efímeros que la Compañía levantó en sus principales iglesias de la capital para celebrar las canonizaciones de san Estanislao de Kostka y san Luis Gonzaga” (p. 179), los encargos se fueron sucediendo: en 1733 pintó una monumental composición como el Patrocinio de la Virgen de la Compañía de Jesús, y en 1736 La muerte de san Luis Gonzaga; en 1738, Martínez y José de Ibarra trabajan en la capilla o relicario de san José, en la iglesia del noviciado de los jesuitas en Tepotzotlán, etc. El inédito lienzo que presentamos aparece firmado en 1737. Francisco Martínez sigue en esta versión la tradicional representación de la Guadalupana, de figura completa y medallones que narran brevemente la historia del indio Juan Diego, al que en 1521 se le aparece la Virgen en repetidas ocasiones en el monte del Tepeyac hasta que le pide la construcción del santuario; para ello debe convencer al obispo Juan de Zumárraga, que no le cree hasta que sucede, en su presencia, el conocido milagro en su tilma. Lo interesante del lienzo es no sólo su calidad, autoría, tamaño y estado de conservación, sino la representación en la parte inferior ya del santuario de Guadalupe en la Ciudad de México; a este nuevo lugar se había trasladado en 1709 la imagen, como recogió Manuel de Arellano en su conocido lienzo.

Precio salida

35.000 €

VENDIDO

VENDIDO
541. FRANCISCO MARTÍNEZ (activo 1717-1758)Virgen de Guadalupe, 1737.

Óleo sobre lienzo. 208,5 x 131,5 cm. Firmada y fechada: “Francus Martínez fat anno 1737”. Bibliografía: Luisa Elena Alcalá, “La obra del pintor novohispano Francisco Martínez”, Anales del Museo de América, nº 7, 1999, 175-187. Toussaint, M., Pintura colonial en México, México D.F., 1990 (1ª ed. 1965) Pese a su exitosa carrera, “la fortuna crítica de Martínez se ha limitado a su faceta como dorador, ignorando casi siempre su vertiente pictórica”, señala la especialista Luisa Elena (pág. 175) pues “tuvo la desdicha de vivir entre dos generaciones repletas de pinceles sobresalientes: la integrada por pintores mayores que él como Cristóbal de Villalpando y los hermanos Juan y Nicolás Rodríguez Juárez, y la de los más jóvenes abanderados por Miguel Cabrera cuya fama ha ensombrecido el conocimiento de otros pintores coetáneos o inmediatamente anteriores a él” (p. 176). Los importantes encargos que realizó a lo largo de su carrera nos muestran que fue un muy pintor demandado y especialmente valorado. Así, en 1743 se encuentra dorando el retablo mayor de la Catedral de México, y en 1747 realizando el túmulo funerario de Felipe V en Guatemala y las arquitecturas efímeras para la jura de Fernando VI en México. Antes de esos encargos vinculados, de alguna manera, al poder político y religioso, había trabajado para la Congregación de San Pedro, “una de las hermandades de mayor prestigio en la capital virreinal” y, en mayor medida, para la Compañía de Jesús. Desde que en 1728 pintase “los arcos efímeros que la Compañía levantó en sus principales iglesias de la capital para celebrar las canonizaciones de san Estanislao de Kostka y san Luis Gonzaga” (p. 179), los encargos se fueron sucediendo: en 1733 pintó una monumental composición como el Patrocinio de la Virgen de la Compañía de Jesús, y en 1736 La muerte de san Luis Gonzaga; en 1738, Martínez y José de Ibarra trabajan en la capilla o relicario de san José, en la iglesia del noviciado de los jesuitas en Tepotzotlán, etc. El inédito lienzo que presentamos aparece firmado en 1737. Francisco Martínez sigue en esta versión la tradicional representación de la Guadalupana, de figura completa y medallones que narran brevemente la historia del indio Juan Diego, al que en 1521 se le aparece la Virgen en repetidas ocasiones en el monte del Tepeyac hasta que le pide la construcción del santuario; para ello debe convencer al obispo Juan de Zumárraga, que no le cree hasta que sucede, en su presencia, el conocido milagro en su tilma. Lo interesante del lienzo es no sólo su calidad, autoría, tamaño y estado de conservación, sino la representación en la parte inferior ya del santuario de Guadalupe en la Ciudad de México; a este nuevo lugar se había trasladado en 1709 la imagen, como recogió Manuel de Arellano en su conocido lienzo.

Precio salida: 35.000 €

VENDIDO

VENDIDO
544. JUAN RODRÍGUEZ JUÁREZ (Ciudad de México, 1675 -1728)Sagrada Familia con san Joaquín y santa Ana, h. 1700-1720.

Óleo sobre cobre. 46 x 36,5 cm. FIrmado: “Ju.Rodrz. Xuarz. Fat “ Con marco en madera tallada policromada y parcialmente dorada. Miembro de una notable saga de pintores y hermano del también pintor Nicolás, en 1694 aparece ya registrado como maestro y jefe de taller, y en 1701 fue reconocido entre los mejores pintores del virreinato. Gracias a ello, fue el encargado de pintar el retrato del nuevo monarca español, Felipe V, cuya imagen se difundió notablemente tanto en la península como en las Indias. En sus primeras obras muestra un dibujo minucioso, destacando en la técnica del claroscuro, con la que logra magníficos resultados. En su primera obra conocida, datada en 1694, Nuestra Señora de San Juan, destaca gracias al dibujo tanto la solidez de las figuras como la excelente realización de los tejidos, aspecto persistente en toda su carrera. Poco más tarde comienza a pintar sus series de castas y de escenas populares, cuadros con costumbres indígenas donde mezcla lo español con lo indígena, mostrando la fusión de ambas culturas y adelantándose, de alguna manera, al gran movimiento de pintura de castas que se daría medio siglo después. En una última etapa, se acerca más a los nuevos gustos imperantes de la época cercanos al ‘murillismo’ que venía de la Península. Similares al cobre que presentamos son el Entierro de Cristo (hacia 1702, 25,9 x 19,7 cm, cobre del Metropolitan Museum, 2014.269) y el gran lienzo con Milagros del beato Salvador de Horta (hacia 1720, 167 x 140 cm, del LACMA, M.2008.32).

Precio salida

8.000 €

VENDIDO

VENDIDO
544. JUAN RODRÍGUEZ JUÁREZ (Ciudad de México, 1675 -1728)Sagrada Familia con san Joaquín y santa Ana, h. 1700-1720.

Óleo sobre cobre. 46 x 36,5 cm. FIrmado: “Ju.Rodrz. Xuarz. Fat “ Con marco en madera tallada policromada y parcialmente dorada. Miembro de una notable saga de pintores y hermano del también pintor Nicolás, en 1694 aparece ya registrado como maestro y jefe de taller, y en 1701 fue reconocido entre los mejores pintores del virreinato. Gracias a ello, fue el encargado de pintar el retrato del nuevo monarca español, Felipe V, cuya imagen se difundió notablemente tanto en la península como en las Indias. En sus primeras obras muestra un dibujo minucioso, destacando en la técnica del claroscuro, con la que logra magníficos resultados. En su primera obra conocida, datada en 1694, Nuestra Señora de San Juan, destaca gracias al dibujo tanto la solidez de las figuras como la excelente realización de los tejidos, aspecto persistente en toda su carrera. Poco más tarde comienza a pintar sus series de castas y de escenas populares, cuadros con costumbres indígenas donde mezcla lo español con lo indígena, mostrando la fusión de ambas culturas y adelantándose, de alguna manera, al gran movimiento de pintura de castas que se daría medio siglo después. En una última etapa, se acerca más a los nuevos gustos imperantes de la época cercanos al ‘murillismo’ que venía de la Península. Similares al cobre que presentamos son el Entierro de Cristo (hacia 1702, 25,9 x 19,7 cm, cobre del Metropolitan Museum, 2014.269) y el gran lienzo con Milagros del beato Salvador de Horta (hacia 1720, 167 x 140 cm, del LACMA, M.2008.32).

Precio salida: 8.000 €

VENDIDO

VENDIDO
550. VICENTE ESCOBAR Y FLORES (La Habana, 1762-1834)Retrato del Gobernador de la Capitanía General de Cuba Nicolás de Mahy y Romo (Madrid, 1757 - La Habana, 1822).

Óleo sobre lienzo. 96,4 x 73,8 cm. Firmado y fechado: “D. Vicente Escobar fecit Habana 1828”, e inscrito: “Exmo Sor D. N. Mi”. Por detrás, inscrito: “P358”. Capitán General de Galicia (1810), Teniente General de los ejércitos españoles al mando del Tercer ejército procedente de Murcia en la batalla y asedio de Sagunto (1811), Nicolás de Mahy sustituyó a Juan Miguel Cajigal y de la Vega en 1821 como Gobernador de la Capitanía General de Cuba; al poco tiempo, muy enfermo ya, renunció al puesto, y sustituido por Sebastián de Kindelán y Oregón, murió (cfr. Jacobo de la Pezuela, Ensayo histórico de la isla de Cuba,1842, págs. 482-503). Vicente Escobar fue un reconocido pintor cubano. Autodidacta en sus comienzos, a mediados de la década de 1780 viajó a España, donde se formó en la Academia de San Fernando de Madrid con Salvador Maella y obtuvo un premio en la clase de dibujo. Tras su regreso a La Habana, trabajó como maestro independiente y pasado el tiempo ejerció en el taller con sus discípulos Juan del Río y el poeta y pintor Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido). Nombrado Pintor de Cámara del monarca español Fernando VII en 1827, gracias a la recomendación que hizo de él el Capitán General Francisco Dionisio Vives, inició a petición suya una serie de retratos de los gobernadores de la Isla. Se sabe que retrató a varios Capitanes Generales como el Marqués de la Torre, Espeleta, etc.; en este sentido, no es ilógico pensar que este retrato de Nicolás de Mahy pudo pertenecer a esta serie, que permaneció en poder del artista hasta que fue adquirida por el mismo Francisco Dionisio Vives, para terminar finalmente en el Archivo de Indias, en Sevilla. El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba conserva varios lienzos suyos.

Precio salida

12.000 €

VENDIDO

VENDIDO
550. VICENTE ESCOBAR Y FLORES (La Habana, 1762-1834)Retrato del Gobernador de la Capitanía General de Cuba Nicolás de Mahy y Romo (Madrid, 1757 - La Habana, 1822).

Óleo sobre lienzo. 96,4 x 73,8 cm. Firmado y fechado: “D. Vicente Escobar fecit Habana 1828”, e inscrito: “Exmo Sor D. N. Mi”. Por detrás, inscrito: “P358”. Capitán General de Galicia (1810), Teniente General de los ejércitos españoles al mando del Tercer ejército procedente de Murcia en la batalla y asedio de Sagunto (1811), Nicolás de Mahy sustituyó a Juan Miguel Cajigal y de la Vega en 1821 como Gobernador de la Capitanía General de Cuba; al poco tiempo, muy enfermo ya, renunció al puesto, y sustituido por Sebastián de Kindelán y Oregón, murió (cfr. Jacobo de la Pezuela, Ensayo histórico de la isla de Cuba,1842, págs. 482-503). Vicente Escobar fue un reconocido pintor cubano. Autodidacta en sus comienzos, a mediados de la década de 1780 viajó a España, donde se formó en la Academia de San Fernando de Madrid con Salvador Maella y obtuvo un premio en la clase de dibujo. Tras su regreso a La Habana, trabajó como maestro independiente y pasado el tiempo ejerció en el taller con sus discípulos Juan del Río y el poeta y pintor Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido). Nombrado Pintor de Cámara del monarca español Fernando VII en 1827, gracias a la recomendación que hizo de él el Capitán General Francisco Dionisio Vives, inició a petición suya una serie de retratos de los gobernadores de la Isla. Se sabe que retrató a varios Capitanes Generales como el Marqués de la Torre, Espeleta, etc.; en este sentido, no es ilógico pensar que este retrato de Nicolás de Mahy pudo pertenecer a esta serie, que permaneció en poder del artista hasta que fue adquirida por el mismo Francisco Dionisio Vives, para terminar finalmente en el Archivo de Indias, en Sevilla. El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba conserva varios lienzos suyos.

Precio salida: 12.000 €

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564. RAFAEL TEGEO (1798-1856)Retrato de dama.

Óleo sobre lienzo. 70,2 x 56,6 cm. Firmado: “Tegeo, f”. Rafael Tegeo Díaz (Murcia 1798 - Madrid 1856). Estudia pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípulo de José Aparicio. En 1821 trabaja como ayudante de Fernando Brambila. En 1822 marcha a Roma y asiste al taller de Vicenzo Camuccini. En 1827 se instala en Madrid. En 1842 es nombrado Profesor con Honores y Graduación de Director de la Real Academia de San Fernando. En 1846 es nombrado pintor de Cámara de la Reina Isabel II. Aunque hoy, el arte de Tegeo no es todo lo conocido que debiera. En vida sí fue un pintor de merecida fama. Sus contemporáneos admiraron en él su talento como pintor de historia. El Infante Sebatián Gabriel, encargó al pintor murciano varios cuadros de gran tamaño, con temas de la Ilíada. De Fernando VII recibió el encargo de pintar el cuadro de Altar, de ocho metros de alto, de la Iglesia de San Jerónimo de Madrid. La reina Isabel II también le encargó el gran cuadro: El atentado contra los Reyes Católicos por Ibrahim-El-Djerbí (Palacio Real de Madrid) Pero la parte más prolífica de la producción del pintor murciano, es el retrato. Este que aquí ofrecemos, se relaciona con el que Tegeo pintó para Doña María Luisa de Borbón y Vallabriga, en el que aparece con su marido, el duque de San Fernando Quiroga (Museo del Prado). También de esta misma étapa de la producción del pintor, es el retrato de Doña Joaquina Téllez-Girón, condesa de Osilo (colección particular). La moda tanto de las mencionadas, como la del cuadro en cuestión, es la misma. Traje oscuro, corsé, hebilla de oro, mangas de “pata de cordero”, gorguera de muselina, moño alto con peineta y bucles laterales. Por lo tanto, este retrato pertenece a la época de los años treinta, en la que el pintor inicia su madurez artística y, empieza a ser muy conocida su destreza como retratista, entre la alta sociedad madrileña. En otoño de 2018 se va a celebrar una importante exposición monográfica de este pintor en el Museo del Romanticismo de Madrid. Agradecemos al especialista D. Antonio González Ariza su ayuda en la catalogación de este lote,

Precio salida

8.000 €

VENDIDO

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564. RAFAEL TEGEO (1798-1856)Retrato de dama.

Óleo sobre lienzo. 70,2 x 56,6 cm. Firmado: “Tegeo, f”. Rafael Tegeo Díaz (Murcia 1798 - Madrid 1856). Estudia pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípulo de José Aparicio. En 1821 trabaja como ayudante de Fernando Brambila. En 1822 marcha a Roma y asiste al taller de Vicenzo Camuccini. En 1827 se instala en Madrid. En 1842 es nombrado Profesor con Honores y Graduación de Director de la Real Academia de San Fernando. En 1846 es nombrado pintor de Cámara de la Reina Isabel II. Aunque hoy, el arte de Tegeo no es todo lo conocido que debiera. En vida sí fue un pintor de merecida fama. Sus contemporáneos admiraron en él su talento como pintor de historia. El Infante Sebatián Gabriel, encargó al pintor murciano varios cuadros de gran tamaño, con temas de la Ilíada. De Fernando VII recibió el encargo de pintar el cuadro de Altar, de ocho metros de alto, de la Iglesia de San Jerónimo de Madrid. La reina Isabel II también le encargó el gran cuadro: El atentado contra los Reyes Católicos por Ibrahim-El-Djerbí (Palacio Real de Madrid) Pero la parte más prolífica de la producción del pintor murciano, es el retrato. Este que aquí ofrecemos, se relaciona con el que Tegeo pintó para Doña María Luisa de Borbón y Vallabriga, en el que aparece con su marido, el duque de San Fernando Quiroga (Museo del Prado). También de esta misma étapa de la producción del pintor, es el retrato de Doña Joaquina Téllez-Girón, condesa de Osilo (colección particular). La moda tanto de las mencionadas, como la del cuadro en cuestión, es la misma. Traje oscuro, corsé, hebilla de oro, mangas de “pata de cordero”, gorguera de muselina, moño alto con peineta y bucles laterales. Por lo tanto, este retrato pertenece a la época de los años treinta, en la que el pintor inicia su madurez artística y, empieza a ser muy conocida su destreza como retratista, entre la alta sociedad madrileña. En otoño de 2018 se va a celebrar una importante exposición monográfica de este pintor en el Museo del Romanticismo de Madrid. Agradecemos al especialista D. Antonio González Ariza su ayuda en la catalogación de este lote,

Precio salida: 8.000 €

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565. CARLOS LUIS DE RIBERA (Roma, 1815 - Madrid, 1891)Batalla del Zenete, 1878.

Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm.
Firmado: “C. L. Ribera, 1878”.
Con marco en madera tallada y dorada con el escudo de armas de Hernán Pérez del Pulgar.

Bibliografía:
Francisco de Paula Villarreal y Valdivia, Hernán Pérez del Pulgar: ligeros apuntes sobre la vida y hechos hazañosos de este caudillo, M. Ginés Hernández, 1892
Miguel Egea, Pilar de, Carlos Luis de Ribera. Pintor romántico madrileño, Madrid, Fundación Vega-Inclán, Patronato Nacional de Museos, 1983

Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio (1451-1531), llamado El de las hazañas, por sus diversas heroicidades y por escribir el conocido libro Breve parte de la hazañas del Gran Capitán, D. Gonzalo Fernández de Córdoba, es el personaje principal de este espectacular cuadro inédito que representa la Batalla del Zenete, del 10 de agosto de 1489.
Por sus primeras acciones y buen comportamiento en la guerra de Portugal contra Alfonso V, los Reyes Católicos nombraron a Hernando Pérez del Pulgar "continuo de casa". En agosto de 1482, tras viajar a Alhama con Fernando el Católico, ayudó en el tercer asedio musulmán, y posteriormente en el cerco de Loja. En mayo de 1486, se acercó al castillo del Salar con quince escuderos y setenta soldados, y lo atacó hasta rendirlo; por esta acción, los reyes le nombraron Señor y alcaide del Salar (origen del marquesado del Salar).
La acción que representa el cuadro que se subasta recuerda que en la expedición a Baza y Guadix cayó Hernando Pérez del Pulgar en una emboscada de musulmanes; cuando todo parecía perdido, consiguió animar a sus soldados, y acometer y batir al ejército moro en los campos del Zenete:
“Entre tanto, los moros, viendo el escaso número de enemigos á quienes tenían que combatir, lisonjeados por el porvenir que les aguardaba, se arremolinaron contra los nuestros, creyendo hacer en ellos un terrible estrago. Los soldados de la Cruz, viéndose sin bandera á quien seguir, y ante la duda que imprime el desaliento, por la falta del estandarte que había de guiarles á la victoria, tuvieron un momento de flaqueza, que no permitió Pulgar que pasara adelante, y cogiendo y desatando la blanca toca que traía en su cabeza, la anudó al extremo de su lanza, y dijo á los guerreros: “No faltará bandera al que quiera seguir, y levantando la lanza, y ondeando sobre todos la blanca toca que les servía de enseña, se constituyó en Alférez y Capitán de aquellos guerrilleros, y puestos en batalla, acometió á los moros, oyéndosele al acometer, entre otras, estas palabras: ¡Seguidme, seguidme, compañeros, que en mi mano llevo el pendón de Castilla! (...) y ¡Válgame Santa María! Era el 16 de agosto de 1489”.
Los Reyes Católicos concedieron a Pulgar un nuevo escudo de armas, con fecha 29 de diciembre de 1489: “León rampante, mostrando el animoso coraje del hazañoso Pulgar, en campo blanco ó de plata, símbolo de su constancia hasta vencer y su elocuencia en seducir con intrépido y eficaz estilo. La lanza que abraza es con la que hizo la proeza. La toca, atada al hierro, la que levantó y siguieron bandera, en campo azul, color de cielo, (...) en significación de su celo y lealtad. Los once castillos, por los de los alcaides presos y muertos, en campo rojo, por la sangre que de ellos en él se derramó por su audacia, ardid y fortaleza. Ellos de oro, en demostración del claro valor é inestimable de su valentía, y de la luz de su clara estirpe”, y el lema Tal debe el hombre ser como quiere parecer [las palabras Ave María añadidas a su escudo hacen referencia a su incursión en Granada y clavar en la puerta principal de la mezquita un cartel, escrito de su puño y letra, que comenzaba con dichas palabras].

Carlos Luis de Ribera, pintor de cámara de la reina Isabel II y solicitado en varias ocasiones como pintor de historia, realizó su primera obra de temática histórica siendo joven aún, en 1831, su Descubrimiento de la mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa. Su última gran pintura fue, precisamente, otra pintura de historia: La conquista de Granada por los Reyes Católicos, en 1890 (actualmente en la catedral de Burgos).
La más cercana en planteamiento a la que ahora subastamos, quizá sea sin embargo El origen del apellido Girón en la batalla de la Sagra (O/L, 175 x 235 cm), pintada en París en 1845, con la que obtuvo, según Ossorio y Bernard, una Primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Sobre este cuadro, la historiadora que mejor ha estudiado la producción de Ribera, Pilar de Miguel, escribió: “el pintor ha tratado este tema histórico con la fuerza dramática que imprime una batalla en plena acción” (...), destacando “el perfecto estudio de ropajes, así como la distribución de masas guerreras, cuya pugna se prolonga en la lejana perspectiva del fondo” (pág. 99).
Son palabras ajustadas que bien se pueden aplicar también a nuestro inédito lienzo. El carácter histórico buscado se consigue plenamente gracias al cuidado estudio de animales, armas y ropajes, que aparecen tanto en el grupo de soldados cristianos, con Hernán Pérez del Pulgar a la cabeza y el resto de sus acompañantes, como en el del disperso grupo defensor de musulmanes. En esta gran composición sobresale especialmente el colorido, verdaderamente llamativo y cuidado en los trajes de cada uno de los capitanes, y una composición enérgica, pero de clara raíz clásica.

Precio salida

90.000 €

565. CARLOS LUIS DE RIBERA (Roma, 1815 - Madrid, 1891)Batalla del Zenete, 1878.

Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm.
Firmado: “C. L. Ribera, 1878”.
Con marco en madera tallada y dorada con el escudo de armas de Hernán Pérez del Pulgar.

Bibliografía:
Francisco de Paula Villarreal y Valdivia, Hernán Pérez del Pulgar: ligeros apuntes sobre la vida y hechos hazañosos de este caudillo, M. Ginés Hernández, 1892
Miguel Egea, Pilar de, Carlos Luis de Ribera. Pintor romántico madrileño, Madrid, Fundación Vega-Inclán, Patronato Nacional de Museos, 1983

Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio (1451-1531), llamado El de las hazañas, por sus diversas heroicidades y por escribir el conocido libro Breve parte de la hazañas del Gran Capitán, D. Gonzalo Fernández de Córdoba, es el personaje principal de este espectacular cuadro inédito que representa la Batalla del Zenete, del 10 de agosto de 1489.
Por sus primeras acciones y buen comportamiento en la guerra de Portugal contra Alfonso V, los Reyes Católicos nombraron a Hernando Pérez del Pulgar "continuo de casa". En agosto de 1482, tras viajar a Alhama con Fernando el Católico, ayudó en el tercer asedio musulmán, y posteriormente en el cerco de Loja. En mayo de 1486, se acercó al castillo del Salar con quince escuderos y setenta soldados, y lo atacó hasta rendirlo; por esta acción, los reyes le nombraron Señor y alcaide del Salar (origen del marquesado del Salar).
La acción que representa el cuadro que se subasta recuerda que en la expedición a Baza y Guadix cayó Hernando Pérez del Pulgar en una emboscada de musulmanes; cuando todo parecía perdido, consiguió animar a sus soldados, y acometer y batir al ejército moro en los campos del Zenete:
“Entre tanto, los moros, viendo el escaso número de enemigos á quienes tenían que combatir, lisonjeados por el porvenir que les aguardaba, se arremolinaron contra los nuestros, creyendo hacer en ellos un terrible estrago. Los soldados de la Cruz, viéndose sin bandera á quien seguir, y ante la duda que imprime el desaliento, por la falta del estandarte que había de guiarles á la victoria, tuvieron un momento de flaqueza, que no permitió Pulgar que pasara adelante, y cogiendo y desatando la blanca toca que traía en su cabeza, la anudó al extremo de su lanza, y dijo á los guerreros: “No faltará bandera al que quiera seguir, y levantando la lanza, y ondeando sobre todos la blanca toca que les servía de enseña, se constituyó en Alférez y Capitán de aquellos guerrilleros, y puestos en batalla, acometió á los moros, oyéndosele al acometer, entre otras, estas palabras: ¡Seguidme, seguidme, compañeros, que en mi mano llevo el pendón de Castilla! (...) y ¡Válgame Santa María! Era el 16 de agosto de 1489”.
Los Reyes Católicos concedieron a Pulgar un nuevo escudo de armas, con fecha 29 de diciembre de 1489: “León rampante, mostrando el animoso coraje del hazañoso Pulgar, en campo blanco ó de plata, símbolo de su constancia hasta vencer y su elocuencia en seducir con intrépido y eficaz estilo. La lanza que abraza es con la que hizo la proeza. La toca, atada al hierro, la que levantó y siguieron bandera, en campo azul, color de cielo, (...) en significación de su celo y lealtad. Los once castillos, por los de los alcaides presos y muertos, en campo rojo, por la sangre que de ellos en él se derramó por su audacia, ardid y fortaleza. Ellos de oro, en demostración del claro valor é inestimable de su valentía, y de la luz de su clara estirpe”, y el lema Tal debe el hombre ser como quiere parecer [las palabras Ave María añadidas a su escudo hacen referencia a su incursión en Granada y clavar en la puerta principal de la mezquita un cartel, escrito de su puño y letra, que comenzaba con dichas palabras].

Carlos Luis de Ribera, pintor de cámara de la reina Isabel II y solicitado en varias ocasiones como pintor de historia, realizó su primera obra de temática histórica siendo joven aún, en 1831, su Descubrimiento de la mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa. Su última gran pintura fue, precisamente, otra pintura de historia: La conquista de Granada por los Reyes Católicos, en 1890 (actualmente en la catedral de Burgos).
La más cercana en planteamiento a la que ahora subastamos, quizá sea sin embargo El origen del apellido Girón en la batalla de la Sagra (O/L, 175 x 235 cm), pintada en París en 1845, con la que obtuvo, según Ossorio y Bernard, una Primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Sobre este cuadro, la historiadora que mejor ha estudiado la producción de Ribera, Pilar de Miguel, escribió: “el pintor ha tratado este tema histórico con la fuerza dramática que imprime una batalla en plena acción” (...), destacando “el perfecto estudio de ropajes, así como la distribución de masas guerreras, cuya pugna se prolonga en la lejana perspectiva del fondo” (pág. 99).
Son palabras ajustadas que bien se pueden aplicar también a nuestro inédito lienzo. El carácter histórico buscado se consigue plenamente gracias al cuidado estudio de animales, armas y ropajes, que aparecen tanto en el grupo de soldados cristianos, con Hernán Pérez del Pulgar a la cabeza y el resto de sus acompañantes, como en el del disperso grupo defensor de musulmanes. En esta gran composición sobresale especialmente el colorido, verdaderamente llamativo y cuidado en los trajes de cada uno de los capitanes, y una composición enérgica, pero de clara raíz clásica.

Precio salida: 90.000 €

VENDIDO
566. JEAN-BAPTISTE JACQUES AUGUSTIN (Saint Dié, 1759 - París, 1832)Retrato de Don Joaquín María de Ferrer y Cafranga, 1825.

Miniatura sobre marfil. 15,2 x 12,2 cm. Firmada y fechada: “Le Cher Augustin 1er peintre du Roi 1825”. Con marco Imperio original en bronce dorado rematado en lazo. Procedencia: Probablemente adquirido por don Ángel de Saavedra, III duque de Rivas, a los herederos de Joaquín María Ferrer Colección marqueses de Viana, Córdoba Colección particular, Madrid Bibliografía: Bernd Pappe, Jean-Baptiste Jacques Augustin 1759-1832. Une nouvelle excellence dans l’art du portrait en miniature, Verona, 2015, pp. 353-354, nº 1111 Joaquín María de Ferrer y Cafranga (Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa, 1777 - Santa Águeda, 1861) fue un conocido liberal guipuzcoano ilustrado del siglo XIX. Elegido diputado a Cortes por Guipúzcoa durante el Trienio Liberal (1820-1823), tras apoyar la regencia del monarca durante la invasión francesa de los Cien mil hijos de San Luis fue condenado a muerte por lo que hubo de huir a París. Allí se convirtió en editor de lujosos libros en miniatura de obras clásicas de la literatura española, e hizo amistad con otro exiliado, el pintor Francisco de Goya, que le retrató (Gassier, Pierre y Wilson, Juliet, Vie et ouvre de Francisco de Goya, Friburgo, 1970, pp. 356, 361, cat. 1659). Prueba de su amistad es, por poner sólo un ejemplo, la carta que el artista aragonés le envía desde Burdeos el 20 de diciembre de 1825 (adquirida en 2009 por el Museo del Prado) donde además de hacer referencia a las litografías de Los toros de Burdeos y a los Caprichos y otros cobres grabados por el artista, le cuenta no sólo que está realizando cuarenta miniaturas sobre marfil sino también su distanciamiento estilístico respecto a Mengs. Precisamente en ese año de 1825, es cuando Jean-Baptiste Jacques Augustin -nombrado por Napoleón pintor oficial de la corte imperial en 1806 y pintor del gabinete de Luis XVIII en 1814-, le retrata con una calidad y cercanía verdaderamente sorprendentes. Realizado sin más adornos que un fondo de cielo y la indumentaria, la percepción psicológica del retratado queda patente a pesar de la austeridad característica de Augustin. No es extraño, pues para Carmen Espinosa, la autora del libro Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado (Madrid, Museo del Prado, 2011), junto a Isabey, Augustin fue "el más importante miniaturista francés a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX". Tal éxito debió alcanzar su calidad que poco tiempo después, en 1831, Jean Claude Auguste Fauchery (1798-1843) realizó un grabado de esta miniatura (cfr.: Barcia, Retratos conservados en la B.N., 681 -1, y Catálogo de estampas del Museo Romántico, 2007, n. 676). Destacado empresario, Ferrer y Cafranga fue nombrado, tras su regreso en 1833, sucesivamente presidente de las Cortes, presidente del Consejo de Ministros, ministro de Estado y de Hacienda, Alcalde de Madrid y de Pasajes, y senador vitalicio.

Precio salida

25.000 €

VENDIDO

VENDIDO
566. JEAN-BAPTISTE JACQUES AUGUSTIN (Saint Dié, 1759 - París, 1832)Retrato de Don Joaquín María de Ferrer y Cafranga, 1825.

Miniatura sobre marfil. 15,2 x 12,2 cm. Firmada y fechada: “Le Cher Augustin 1er peintre du Roi 1825”. Con marco Imperio original en bronce dorado rematado en lazo. Procedencia: Probablemente adquirido por don Ángel de Saavedra, III duque de Rivas, a los herederos de Joaquín María Ferrer Colección marqueses de Viana, Córdoba Colección particular, Madrid Bibliografía: Bernd Pappe, Jean-Baptiste Jacques Augustin 1759-1832. Une nouvelle excellence dans l’art du portrait en miniature, Verona, 2015, pp. 353-354, nº 1111 Joaquín María de Ferrer y Cafranga (Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa, 1777 - Santa Águeda, 1861) fue un conocido liberal guipuzcoano ilustrado del siglo XIX. Elegido diputado a Cortes por Guipúzcoa durante el Trienio Liberal (1820-1823), tras apoyar la regencia del monarca durante la invasión francesa de los Cien mil hijos de San Luis fue condenado a muerte por lo que hubo de huir a París. Allí se convirtió en editor de lujosos libros en miniatura de obras clásicas de la literatura española, e hizo amistad con otro exiliado, el pintor Francisco de Goya, que le retrató (Gassier, Pierre y Wilson, Juliet, Vie et ouvre de Francisco de Goya, Friburgo, 1970, pp. 356, 361, cat. 1659). Prueba de su amistad es, por poner sólo un ejemplo, la carta que el artista aragonés le envía desde Burdeos el 20 de diciembre de 1825 (adquirida en 2009 por el Museo del Prado) donde además de hacer referencia a las litografías de Los toros de Burdeos y a los Caprichos y otros cobres grabados por el artista, le cuenta no sólo que está realizando cuarenta miniaturas sobre marfil sino también su distanciamiento estilístico respecto a Mengs. Precisamente en ese año de 1825, es cuando Jean-Baptiste Jacques Augustin -nombrado por Napoleón pintor oficial de la corte imperial en 1806 y pintor del gabinete de Luis XVIII en 1814-, le retrata con una calidad y cercanía verdaderamente sorprendentes. Realizado sin más adornos que un fondo de cielo y la indumentaria, la percepción psicológica del retratado queda patente a pesar de la austeridad característica de Augustin. No es extraño, pues para Carmen Espinosa, la autora del libro Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado (Madrid, Museo del Prado, 2011), junto a Isabey, Augustin fue "el más importante miniaturista francés a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX". Tal éxito debió alcanzar su calidad que poco tiempo después, en 1831, Jean Claude Auguste Fauchery (1798-1843) realizó un grabado de esta miniatura (cfr.: Barcia, Retratos conservados en la B.N., 681 -1, y Catálogo de estampas del Museo Romántico, 2007, n. 676). Destacado empresario, Ferrer y Cafranga fue nombrado, tras su regreso en 1833, sucesivamente presidente de las Cortes, presidente del Consejo de Ministros, ministro de Estado y de Hacienda, Alcalde de Madrid y de Pasajes, y senador vitalicio.

Precio salida: 25.000 €

VENDIDO

VENDIDO
569. DARÍO DE REGOYOS (Asturias, 1857-Barcelona, 1913)Toledo, 18

Óleo sobre lienzo
45 x 30,5 cm
Firmado y localizado áng. inf. izdo: Toledo/D d R.
Pintado en 1882.

Con certificado original de Pilar Regoyos, hija del pintor y Vª de Beruete. Fechado en Madrid 6 de octubre de 1974.

Esta obra muestra una parte de Toledo a través del Arco de Valmardón. En ella se puede ver al fondo parte de la Ermita del Cristo de la Luz, de la cual en el año 1901 Regoyos pintaría su interior, cuando llevaba a cabo una gira artística en compañía del poeta belga Emile Verhaeren (texto escrito por Juan San Nicolás extraído de la ficha técnica del catálogo razonado del pintor, obra nº56).

En el verano de 1882, cuando Regoyos residía temporalmente en Bruselas y una vez finalizada su formación en esa ciudad, cuando ya era miembro del círculo L’Essor (El vuelo), decidió con sus amigos pintores belgas (asimismo miembros de este círculo), Théo van Rysselberghe, Frantz Charlet y Constantin Meunier, hacer una excursión artística por España, atraídos por su exotismo y los elogios de nuestro pintor. Él actuó como guía del grupo y juntos recorrieron España deteniéndose en Toledo, donde Regoyos llevó a cabo 6 obras entre las que se encuentra esta.
Regoyos eligió pintar lugares singulares, callejuelas estrechas, plazas y murallas, bañados por la luz del sol, en los que las sombras estuvieran presentes y se recogiera algo de la historia y arquitectura de esta ciudad. En esta ocasión recogió la puerta denominada Arco de Valmardón tras la cual se ve la histórica Ermita del Cristo de la Luz (antigua Mezquita).
Esta obra titulada Toledo sobre su firma y Tolède al dorso, ambas por su autor, fue propiedad de las hijas del pintor, hasta que en el año 1974 fue vendida a un coleccionista particular, habiendo permanecido entre sus familiares hasta hoy.


EXPOSICIONES:
VIIe Exposition Annuelle de L’Essor, Palacio de Bellas Artes, Bruselas, del 31 de diciembre al 5 de febrero de 1883. Figuró con el título “Estudio de Toledo”.
Exposición “Darío de Regoyos”, organizada por la Fundación Cultural Mapfre Vida, en su sala de exposiciones, de noviembre de 2002 a enero de 2003.

BIBLIOGRAFÍA:
San Nicolás, Juan, Darío de Regoyos, Catálogo razonado, Museo de Bellas Artes de Asturias, Fundación Azcona, Madrid, 2014, pág. 84 (ilustrado en color).

Agradecemos a D. Juan San Nicolás su colaboración en la catalogación de esta obra.

Precio salida

15.000 €

VENDIDO

VENDIDO
569. DARÍO DE REGOYOS (Asturias, 1857-Barcelona, 1913)Toledo, 18

Óleo sobre lienzo
45 x 30,5 cm
Firmado y localizado áng. inf. izdo: Toledo/D d R.
Pintado en 1882.

Con certificado original de Pilar Regoyos, hija del pintor y Vª de Beruete. Fechado en Madrid 6 de octubre de 1974.

Esta obra muestra una parte de Toledo a través del Arco de Valmardón. En ella se puede ver al fondo parte de la Ermita del Cristo de la Luz, de la cual en el año 1901 Regoyos pintaría su interior, cuando llevaba a cabo una gira artística en compañía del poeta belga Emile Verhaeren (texto escrito por Juan San Nicolás extraído de la ficha técnica del catálogo razonado del pintor, obra nº56).

En el verano de 1882, cuando Regoyos residía temporalmente en Bruselas y una vez finalizada su formación en esa ciudad, cuando ya era miembro del círculo L’Essor (El vuelo), decidió con sus amigos pintores belgas (asimismo miembros de este círculo), Théo van Rysselberghe, Frantz Charlet y Constantin Meunier, hacer una excursión artística por España, atraídos por su exotismo y los elogios de nuestro pintor. Él actuó como guía del grupo y juntos recorrieron España deteniéndose en Toledo, donde Regoyos llevó a cabo 6 obras entre las que se encuentra esta.
Regoyos eligió pintar lugares singulares, callejuelas estrechas, plazas y murallas, bañados por la luz del sol, en los que las sombras estuvieran presentes y se recogiera algo de la historia y arquitectura de esta ciudad. En esta ocasión recogió la puerta denominada Arco de Valmardón tras la cual se ve la histórica Ermita del Cristo de la Luz (antigua Mezquita).
Esta obra titulada Toledo sobre su firma y Tolède al dorso, ambas por su autor, fue propiedad de las hijas del pintor, hasta que en el año 1974 fue vendida a un coleccionista particular, habiendo permanecido entre sus familiares hasta hoy.


EXPOSICIONES:
VIIe Exposition Annuelle de L’Essor, Palacio de Bellas Artes, Bruselas, del 31 de diciembre al 5 de febrero de 1883. Figuró con el título “Estudio de Toledo”.
Exposición “Darío de Regoyos”, organizada por la Fundación Cultural Mapfre Vida, en su sala de exposiciones, de noviembre de 2002 a enero de 2003.

BIBLIOGRAFÍA:
San Nicolás, Juan, Darío de Regoyos, Catálogo razonado, Museo de Bellas Artes de Asturias, Fundación Azcona, Madrid, 2014, pág. 84 (ilustrado en color).

Agradecemos a D. Juan San Nicolás su colaboración en la catalogación de esta obra.

Precio salida: 15.000 €

VENDIDO

VENDIDO
581. MARCELIANO SANTA MARÍA (Burgos, 1866-Madrid, 1952)Recogiend

Óleo sobre lienzo
44 x 50 cm
Firmado áng. inf. dcho: M. SANTA MARÍA

PROCEDENCIA:
Comprado al artista en Madrid, 9 diciembre de 1949.
Colección particular.

EXPOSICIONES:
Madrid, Círculo de Bellas Artes de San Fernando, Marceliano Santa María, 22 de noviembre al 7 de diciembre, 1949, nº16.

“Cada otoño nos trae el maestro su cosecha de colores y emociones estivales. Oteros, valles, poblados, regatos humildes, cauces anchos de ríos y lejanías azuladas y rosadas de montes viriles ya fables colinas, arboledas de égloga y senderillos de cuento...Toda la gracia sonriente y la masculina robustez de Castilla en la diversa verdad de su paisaje”

José Francés

“Es desde esta grave versión realista de la naturaleza desde la que están construidos los paisajes que en el Círculo de Bellas Artes expone don Marceliano Santa María. Los frescos valles burgaleses, con sus río claros, sus puentes vetustos y esos cielos sin limites de horizontes ni de luz, encuentran en este pintor una interpretación gaya y humilde. Henos aquí con una caudalosa muestra de pintura impresionista, de una modalidad española que desde su acento estilístico puede situarse paralela a la de Aureliano de Beruete. Se advierte que este pintor, en su fecunda senectud, lozanea su espíritu y su visión en estos cuadros donde las tierras y los solesdespliegan unas coloraciones de matinales transparencias. Se adivina la alegría con que están pintados, el gozo de fijar el momento luminoso, pero concretado en unas perspectivas veraces y de términos bien asentados. Todo despide aquí sus brillos más felices, su nota más ingenua. El pincel resbala rápido, sin insistir en modelar la justificación interna de cada ser. La luz envuelve a estos paisajes, pero no los conforma. Y ello permite que sus campos de trigos, sus arroyos de lavanderas, sus álamos ribereños conserven un sentido accesible y humano como medidas y luces sensatas”

José Camón Aznar, ABC, 27 de noviembre de 1949, Paisajes burgaleses, escrito con motivo de la exposición donde aparece esta obra.


Precio salida

3.000 €

VENDIDO

VENDIDO
581. MARCELIANO SANTA MARÍA (Burgos, 1866-Madrid, 1952)Recogiend

Óleo sobre lienzo
44 x 50 cm
Firmado áng. inf. dcho: M. SANTA MARÍA

PROCEDENCIA:
Comprado al artista en Madrid, 9 diciembre de 1949.
Colección particular.

EXPOSICIONES:
Madrid, Círculo de Bellas Artes de San Fernando, Marceliano Santa María, 22 de noviembre al 7 de diciembre, 1949, nº16.

“Cada otoño nos trae el maestro su cosecha de colores y emociones estivales. Oteros, valles, poblados, regatos humildes, cauces anchos de ríos y lejanías azuladas y rosadas de montes viriles ya fables colinas, arboledas de égloga y senderillos de cuento...Toda la gracia sonriente y la masculina robustez de Castilla en la diversa verdad de su paisaje”

José Francés

“Es desde esta grave versión realista de la naturaleza desde la que están construidos los paisajes que en el Círculo de Bellas Artes expone don Marceliano Santa María. Los frescos valles burgaleses, con sus río claros, sus puentes vetustos y esos cielos sin limites de horizontes ni de luz, encuentran en este pintor una interpretación gaya y humilde. Henos aquí con una caudalosa muestra de pintura impresionista, de una modalidad española que desde su acento estilístico puede situarse paralela a la de Aureliano de Beruete. Se advierte que este pintor, en su fecunda senectud, lozanea su espíritu y su visión en estos cuadros donde las tierras y los solesdespliegan unas coloraciones de matinales transparencias. Se adivina la alegría con que están pintados, el gozo de fijar el momento luminoso, pero concretado en unas perspectivas veraces y de términos bien asentados. Todo despide aquí sus brillos más felices, su nota más ingenua. El pincel resbala rápido, sin insistir en modelar la justificación interna de cada ser. La luz envuelve a estos paisajes, pero no los conforma. Y ello permite que sus campos de trigos, sus arroyos de lavanderas, sus álamos ribereños conserven un sentido accesible y humano como medidas y luces sensatas”

José Camón Aznar, ABC, 27 de noviembre de 1949, Paisajes burgaleses, escrito con motivo de la exposición donde aparece esta obra.


Precio salida: 3.000 €

VENDIDO

VENDIDO
582. GABRIEL MORCILLO RAYA (Granada, 1887-1973)Estío

Óleo sobre lienzo
96 x 81 cm
Firmado, fechado y dedicado áng. inf. dcho: A mi buen amigo J. Espinar/G. Morcillo/G. A. 1925.

PROCEDENCIA:
Colección Doña María Benidoleig, Vda. de Espinar del Río.
Colección privada.

EXPOSICIONES:
Granada, Fundación Rodríguez Acosta, Exposición homenaje a Gabriel Morcillo, Hospital Real de la Universidad de Granada, junio-julio 1972, cat. 58 (ilustrado b/n).


Gabriel Morcillo nace en Granada y comienza sus estudios de pintura con su tía Paquita Raya. En 1907 viaja a Madrid y comienza sus estudios con Cecilio Plá que, rápidamente, se dio cuenta de su talento y le invita a dejar sus clases porque más que beneficiarle, le iban a perjudicar. Le admiraba de tal manera que le dedica una obra “A mi querido discípulo y maestro...”.
Nuestro pintor tenía mucha personalidad “Soy un hombre con el suficiente talento, a quien le trae sin cuidado lo que sobre mí opine la gente sin talento”. En contra de las corrientes pictóricas de su momento, decidió apostar por una pintura más concreta llena de detalles, movimiento y color.
Morcillo en los años veinte se encuentra en Granada realizando obras de gusto orientalista y obras alegóricas como la que nos ocupa, aquí nos representa al Estío en forma de joven sentado con mirada al horizonte y sujetando una bandeja de frutas típicas del final del verano. Una vez más, el bodegón es protagonista junto con la maestría en el movimiento del ropaje que envuelve al joven y que tanto identifican a su obra.

Precio salida

10.000 €

VENDIDO

VENDIDO
582. GABRIEL MORCILLO RAYA (Granada, 1887-1973)Estío

Óleo sobre lienzo
96 x 81 cm
Firmado, fechado y dedicado áng. inf. dcho: A mi buen amigo J. Espinar/G. Morcillo/G. A. 1925.

PROCEDENCIA:
Colección Doña María Benidoleig, Vda. de Espinar del Río.
Colección privada.

EXPOSICIONES:
Granada, Fundación Rodríguez Acosta, Exposición homenaje a Gabriel Morcillo, Hospital Real de la Universidad de Granada, junio-julio 1972, cat. 58 (ilustrado b/n).


Gabriel Morcillo nace en Granada y comienza sus estudios de pintura con su tía Paquita Raya. En 1907 viaja a Madrid y comienza sus estudios con Cecilio Plá que, rápidamente, se dio cuenta de su talento y le invita a dejar sus clases porque más que beneficiarle, le iban a perjudicar. Le admiraba de tal manera que le dedica una obra “A mi querido discípulo y maestro...”.
Nuestro pintor tenía mucha personalidad “Soy un hombre con el suficiente talento, a quien le trae sin cuidado lo que sobre mí opine la gente sin talento”. En contra de las corrientes pictóricas de su momento, decidió apostar por una pintura más concreta llena de detalles, movimiento y color.
Morcillo en los años veinte se encuentra en Granada realizando obras de gusto orientalista y obras alegóricas como la que nos ocupa, aquí nos representa al Estío en forma de joven sentado con mirada al horizonte y sujetando una bandeja de frutas típicas del final del verano. Una vez más, el bodegón es protagonista junto con la maestría en el movimiento del ropaje que envuelve al joven y que tanto identifican a su obra.

Precio salida: 10.000 €

VENDIDO

VENDIDO
583. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923)En

Óleo  sobre tabla
22,5 x 34 cm
Firmado áng. inf. dcho: J. Sorolla. B.
En el reverso: 5G / ES (tinta negra); Elena (lápiz); Etiqueta con número 18

PROCEDENCIA:
Testamentaría Sorolla, serie G - nº 5 a su hija pequeña, Elena Sorolla García.
Por descendencia a su nieto Alberto Lorente Sorolla.
Colección particular.

Agradecemos a Blanca Pons-Sorolla su inestimable ayuda en la catalogación de esta obra con número de inventario BPS 822

Nuestra tabla nos presenta a un Sorolla maduro, ya consagrado como artista a nivel nacional e internacional que vuelve a mirar a su maestro Velázquez, su inspiración. En estos años realizará obras de interiores oscuros con ventanas abiertas que le sirven para seguir estudiando su gran preocupación técnica, la luz. Nuestra composición es un claro ejemplo de complejidad técnica en cuanto a iluminación siendo un interior. Resuelve la escena a través de la luz que deja pasar por la ventana definiéndola y llenándola de riqueza con los brillos de los detalles. La figura del hombre, de pinceladas rápidas y sueltas apoyado en la barra y situado cerca del punto de luz, sugiere verticalidad y hace que nuestra mirada siga la perspectiva hacia el fondo donde encontramos el bodegón formado que cierra y da orden a la composición.
Este año de 1900 participará en la VII Exposición Bienal del Círculo de Bellas Artes de Madrid, inaugura la Exposición del Salón Amaré de Madrid y envía a la Exposición Universal de París Triste herencia, Cosiendo la vela, Comiendo en la barca, El baño, Algarrobo y La Caleta. Otras obras de este año Encajando pasas; La Noria, Javea; Concha en Javea; María Clotilde; Retrato de de José Artal; Autorretrato hoy en el Museo Sorolla. Este comienzo de siglo será importante para nuestro pintor porque por fin logrará en 1901 la Medalla de Honor que es el gran premio que le faltaba para sentirse libre con la obra Triste herencia.

Precio salida

30.000 €

VENDIDO

VENDIDO
583. JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923)En

Óleo  sobre tabla
22,5 x 34 cm
Firmado áng. inf. dcho: J. Sorolla. B.
En el reverso: 5G / ES (tinta negra); Elena (lápiz); Etiqueta con número 18

PROCEDENCIA:
Testamentaría Sorolla, serie G - nº 5 a su hija pequeña, Elena Sorolla García.
Por descendencia a su nieto Alberto Lorente Sorolla.
Colección particular.

Agradecemos a Blanca Pons-Sorolla su inestimable ayuda en la catalogación de esta obra con número de inventario BPS 822

Nuestra tabla nos presenta a un Sorolla maduro, ya consagrado como artista a nivel nacional e internacional que vuelve a mirar a su maestro Velázquez, su inspiración. En estos años realizará obras de interiores oscuros con ventanas abiertas que le sirven para seguir estudiando su gran preocupación técnica, la luz. Nuestra composición es un claro ejemplo de complejidad técnica en cuanto a iluminación siendo un interior. Resuelve la escena a través de la luz que deja pasar por la ventana definiéndola y llenándola de riqueza con los brillos de los detalles. La figura del hombre, de pinceladas rápidas y sueltas apoyado en la barra y situado cerca del punto de luz, sugiere verticalidad y hace que nuestra mirada siga la perspectiva hacia el fondo donde encontramos el bodegón formado que cierra y da orden a la composición.
Este año de 1900 participará en la VII Exposición Bienal del Círculo de Bellas Artes de Madrid, inaugura la Exposición del Salón Amaré de Madrid y envía a la Exposición Universal de París Triste herencia, Cosiendo la vela, Comiendo en la barca, El baño, Algarrobo y La Caleta. Otras obras de este año Encajando pasas; La Noria, Javea; Concha en Javea; María Clotilde; Retrato de de José Artal; Autorretrato hoy en el Museo Sorolla. Este comienzo de siglo será importante para nuestro pintor porque por fin logrará en 1901 la Medalla de Honor que es el gran premio que le faltaba para sentirse libre con la obra Triste herencia.

Precio salida: 30.000 €

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