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60.000 €
Descripción del lote
VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA, PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII
Nuestra Señora de Regla con San Agustín y Santa Mónica
Enconchado. 43 x 31,5 cm.
Inscrito: “N.S. de Regla”.
En el reverso con etiqueta de colección: “Joaquín Aguiló Cera”.
PROCEDENCIA:
Antigua colección de Joaquín Aguiló, Mallorca.
Adquirido por el actual propietario.
La Familia Aguiló fue una de las familias más nobles y numerosas de Mallorca. Tanto su padre Francisco como su hijo Joaquín fueron grandes comerciantes en productos agrícolas y coloniales, arrendadores de fincas y prestamistas. Desde el año 1656 al 1791 la familia Aguiló eran cargadores a Nueva España. Hacia 1741 un joven de Cortegana (Huelva), Pedro Romero de Terreros, que más tarde sería el primer Conde de Regla, se había convertido en un comerciante de gran prestigio en el mercado agrícola de Querétaro entró en contacto con Joaquín Aguiló. Romero de Terreros encargó este enconchado en Nueva España y se lo regaló a Aguiló. Lo trajo de América a Mallorca, Joan Massa Bossio, patrón y comerciante de Génova en su cargero “La Virgen de Regla”.
Las pinturas con incrustaciones de nácar, abundaron en Nueva España durante la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. Los trozos de madreperla, se aplicaban, en general, y se cubrían con una tenue capa de pintura. Los irisados reflejos de nácar realzaban el efecto decorativo de las obras. La mayoría de las pinturas de enconchados que se conservan son anónimas. Algunas firmadas por Nicolás Correa, Miguel Gonzales, y Juan Gonzales. Es evidente la influencia oriental en este tipo de pinturas con incrustaciones de nácar por las relaciones que mantuvo Filipinas con México.
Según una tradición antigua, recogida por Fray Diego de Carmona Bohórquez (1590-1653), en su obra Historia Sacra, la imagen de la Virgen de Regla la manda esculpir San Agustín (354-430), que luego mantuvo en su oratorio privado, y ante la cual escribió la Regla, o forma de vida monástica que lleva su nombre. Tras su muerte, para salvar la imagen de los invasores, el diácono Cipriano, tomó la venerable imagen y huyó en una embarcación. Arrastrado por las corrientes, llegó milagrosamente a Chipiona. Los ermitaños que seguían la Regla de San Agustín levantaron un Santuario bajo la advocación de “Nuestra Señora de Regla”. (Ver: Rafael Lazcano González: “Historia, leyenda y devoción a Nuestra Señora de Regla”, pág. 622- 640)
Nuestra Señora de Regla, es una advocación mariana que fue muy venerada tanto en España como en América. Se conoce en América, la Cofradía de Nuestra Señora de Regla (Guayaquil, Ecuador), San Pedro de los Milagros (Antioquía, Colombia), Iglesia Nuestra Señora de Regla (La Habana, Cuba), Santuario diocesano de Nuestra Señora de Regla (Tovar, Venezuela), Virgen de Regla (Baní, República Dominicana), Iglesia de Nuestra Señora de Regla (Opón, actual Lapu- Lapu City).
Dentro de la producción de Nicolás Correa, son varios los enconchados conservados con fondo neutro. Se conocen dos Dolorosas (Ver: Marta Dujovne, “Las pinturas con incrustaciones de nácar”. México, 1984, pág. 78 y 79). Otros ejemplos conservados con fondo neutro de la mano de Agustín del Pino, Pedro López Calderón, Rodolpho y Antonio Santander.
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