Precio salida
40.000 €
Descripción del lote
ESCUELA ESPAÑOLA, H. 1585
Retrato de la infanta Catalina Micaela (Madrid, 1567- Turín, 1597)
h. 1585
Óleo sobre lienzo. 68,5 x 54 cm.
PROCEDENCIA:
Antigua colección de D. Juan Martínez Penas, propietario del teatro Tívoli de Barcelona. Se casó con Crisena Galatti; soprano y profesora de canto de origen griego con nacionalidad española, vinculada con la familia Real española.
Por herencia a una colección particular de Pontevedra.
Catalina Micaela fue la segunda hija de Felipe II y su tercera esposa, Isabel de Valois. Nació en Madrid el 10 de octubre de 1567 y, el 11 de marzo de 1585, contrajo matrimonio en Zaragoza con el duque Carlos Manuel de Saboya. Juntos tuvieron diez hijos. Catalina Micaela falleció en Turín en 1597. Desde su nacimiento, tanto ella como su hermana fueron retratadas siguiendo la moda española que predominaba en la Europa de la época. A medida que crecían, sus retratos adquirieron un valor estratégico dentro de la política matrimonial de la monarquía. Durante estos años, Alonso Sánchez Coello fue el encargado de pintar a las hermanas. Ya en la corte italiana, Catalina Micaela mantuvo una estrecha relación con su familia en España a través de correspondencia constante, además del intercambio de regalos y retratos. Su vínculo se mantuvo hasta su fallecimiento en 1597, un año antes que su padre.
La obra que presentamos, hasta ahora inédita, enriquece la serie de retratos de carácter íntimo de las hijas de Felipe II. Su autoría sigue siendo un interrogante sin resolver, aunque es muy probable que fuera realizada por Alonso Sánchez Coello, dado su estilo y características. Pintado hacia 1585, posiblemente con motivo de la boda de Catalina Micaela con el duque Carlos Manuel de Saboya, este retrato es una de las piezas más destacadas que se conservan.
Sobre un fondo de tonos suaves y elegantes que realzan los matices nacarados de su piel, la infanta posa con la dignidad propia de su linaje. Adornada con joyas de perlas y broches, luce un tocado sencillo, sin alhajas, salvo un adorno en el cabello del que cae una delicada pañoleta sobre sus hombros. Pintado en un formato de algo más que busto y sin manos visibles, el artista pone especial énfasis en la gola y en los detalles del terciopelo de su vestido. Destaca particularmente la forma en que el pintor ha resuelto la gola, con una pincelada suelta que deja fundirse los colores y detalles, en un estilo muy próximo al de Alonso Sánchez Coello. Los dibujos del terciopelo negro, recortados a mano, son espléndidos. La forma ovalada del rostro, los grandes ojos oscuros y las cejas casi negras, junto con la nariz delicada y la pequeña boca de labios rosados y bellamente arqueados, insinúan una leve sonrisa que dota a la figura de una expresión encantadora. La calidad de la obra se aprecia también en las sutiles carnaciones rosadas de las mejillas, aplicadas con gran maestría.
El estudio radiográfico revela que, al igual que en el retrato de Catalina Micaela conservado en el Museo del Prado, el lienzo original es de menor tamaño que el actual, ya que fue ampliado mediante un proceso de reentelado. Además, el análisis de la imprimación y los contrastes radiográficos del fondo muestra una superposición de capas, un rasgo también presente en el retrato de la infanta del Prado (Ver: Juan Miguel Serrera, Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. Madrid, Museo del Prado, 1990 Catálogo de la exposición, p. 224).
Aunque existió un pintor llamado Giovanni Caracca, quien estuvo vinculado a la corte de Saboya, fue pintor de corte de Carlos Manuel de Saboya y permaneció en la corte piamontesa hasta su fallecimiento. Caracca estuvo en España en dos ocasiones: la primera, en 1585, acompañando al duque en sus esponsales con Catalina Micaela, y la segunda, en 1591, probablemente escoltando algunas pinturas destinadas al monarca español. En esta segunda visita, además, pudo haber retratado a miembros de la familia real. Sin embargo, el análisis estilístico de la obra y las características presentes en el retrato apuntan a Alonso Sánchez Coello como el autor más probable. Esta obra se inscribe dentro de la serie de retratos de las hijas de Felipe II, a la que Coello contribuyó en varias ocasiones, mostrando su dominio característico en la representación de la realeza española.
Hasta ahora, tan sólo se conocía tres retratos de la Infanta, por lo que la obra que presentamos supone una valiosa incorporación a los retratos conservados de Catalina Micaela. Los tres retratos de Catalina Micaela documentados son: el atribuido a Alonso Sánchez Coello, anteriormente adjudicado a Sofonisba Anguissola conservado en el Museo Nacional del Prado. El segundo, actualmente se considera la atribución a Pantoja de la Cruz, pudiendo ser obra suya, realizada en el taller de Sánchez Coello, conservado en el Escorial. Finalmente, el tercero es el conocido como Dama del armiño, conservado en Pollock House, Glasgow.
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