JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (Valencia, 1863 - Madrid, 1923)Pa

Óleo sobre lienzo
60 x 35 cms.
Firmado y dedicado: A mi querido García/ su/ J. Sorolla/ Roma.
Pintado ca. 1888.

Procedencia:
Regalo de Joaquín Sorolla a su cuñado Juan Antonio García del Castillo, hermano de su mujer Clotilde García del Castillo.
Por descendencia a Mario García Banús.
Por descendencia a María Teresa García Banús.
Por herencia al actual propietario, colección privada.

Bibliografía:
B. Pantorba, La vida y la obra de Joaquín Sorolla. Estudio biográfico y crítico, Ed. Mayfe, 1953, nº1196.

Con certificado original de Blanca Pons-Sorolla fechado en 2006.

Este óleo sobre lienzo de dimensiones ya importantes se quedó en la familia del pintor. Fue un regalo que le hizo Sorolla a su cuñado y que dedicó y ha permanecido en la familia García hasta el fallecimiento de su sobrina María Teresa en 1989. Por este motivo, intuimos el cariño que le tendría Sorolla a esta obra. Lo pinta cuando está en Roma, desde donde viaja a Paris y a Asís, entre otros lugares. Pintado ca. 1888, posiblemente poco antes de contraer matrimonio con Clotilde o de recién casados cuando el matrimonio emprende un viaje a Italia y tras una breve estancia en Roma, deciden establecerse en Asís. Este período es muy importante para el pintor ya que es un período de búsqueda del camino que quiere seguir en su pintura. Nuestra obra es un ejemplo de la Pintura Naturalista en la que se quiere iniciar y que cultivará durante toda su carrera. Vemos una técnica del dibujo más precisa y un papel más importante del detalle en las composiciones herencia de su amigo y maestro Emilio Sala, un pintor ya consagrado en ese momento.
Nos cuenta Aureliano de Beruete sobre Sorolla y su estancia en Asís:
“Volvió Sorolla a Italia instalándose en Asís, a cuya histórica ciudad pronto se aficionó, alternando sus tareas, haciendo ya estudios inspirados en los maestros italianos de los siglos XIII y XIV que a su vista se ofrecían, ya otros recordando aquellas obras de Bastien-Lepage que tanto le impresionaron durante su permanencia en París. Fue esta época un paréntesis en al vida del artista, un momento en la vida de descanso en aquel lugar tranquilo y solitario, que le prestó nuevos bríos para acometer las obras posteriores”.
También Rafael Doménech habla de la estancia de Sorolla en Asís y nos cuenta:
“Sorolla en su época de Asís, lucha por dominar la línea, por construir los cuerpos atendiendo a la proporcionalidad de sus partes. La pintura no es entonces sintética sino elemental. No se precisa en la calidad material de lo que se copia, sino en su forma lineal. No se presta atención al bloque de lo que se ve sino al detalle de lo particular y solo el arabesco de la línea une los diversos elementos del cuadro”.

Agradecemos a Blanca Pons-Sorolla su importante ayuda en la catalogación de esta obra que saldrá en el próximo catálogo razonado con el número de inventario BPS0282.