ALONSO CANO (Granada, 1601 - 1667) Cristo crucificado.

Óleo sobre lienzo. 87 x 66,5 cm. Firmado: “Cano, f”. No hay muchos Crucificados en la producción del granadino Alonso Cano, y menos aún los que siguen las indicaciones de Francisco Pacheco de ser pintados con los pies separados, con un clavo para cada pie, como haría también el joven Velázquez en los inicios de su carrera, hacia 1632. El más conocido y de mayor calidad técnica es probablemente el conservado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, pintado hacia 1646 durante su estancia en la capital de la Corte, cuando ha abandonado el naturalismo sevillano y ha podido estudiar ya en las colecciones reales “las sutilezas de los pintores venecianos del siglo XVI y las formas elegantes y las tonalidades transparentes de Van Dyck”, según Zahira Véliz. La obra que ofrecemos se sitúa en una línea similar, con los cuatro clavos sosteniendo el cuerpo de Cristo, un ajustado estudio anatómico con un paño de pureza amplio, y el paisaje tenebroso al fondo; sin embargo, a pesar de mostrar la figura ya muerta -la lanzada en el costado se produce sólo tras el deceso-, la cabeza se presenta erguida y las manos abiertas, lo cual marca una diferencia con otros Crucificados conocidos de su mano como el de la Colección de Gregorio Diego Curto o el de la Academia de Bellas Artes de Granada, por citar sólo dos.