ZACARÍAS GONZÁLEZ VELÁZQUEZ (Madrid, 1763-1834)Retrato de niño, h. 1805.

Óleo sobre lienzo. 76,5 x 55,5 cm. Con etiqueta de la Junta Delegada de Incautación con número de inventario “5810”. En el reverso inscrito a tinta en el lienzo: “172” y “Torre en Madrid en 1978, Angel Diego”. Bibliografía: - Bertha Núñez: “Zacarías Gonzalez Velázquez. (1763-1834)”, Madrid 2000, P-149, lám. 54, pp. 214- 346. La importancia del retrato de niño, como género independiente, se adquiere en España en el siglo XIX. Se trata de una época en la que proliferan los encargos de este tipo de retratos, entre la clientela burguesa, encarnando las virtudes asociadas a la niñez espontaneidad, gracia, inocencia; la proximidad de la naturaleza y la sensibilidad no contaminada. Sobre un fondo de paisaje, el pintor centra la figura de un niño, de casi cuerpo entero, dotándole de un protagonismo absoluto. Se nos presenta con una pose elegante, quieta, propias de un personaje adulto, que contrasta con su pelo alborotado y su mirada inocente, pero penetrante, que capta, rápidamente, nuestra atención. Vestido con una chaquetilla azul con adornos en rojo y rematada con galones dorados y un amplio cuello con encaje bordado de acusada transparencia y detalle. Es innegable el recuerdo de este lienzo al estilo de Agustín Esteve; aunque, definido por Berta Nuñez: “ese rostro infantil de expresión seria y facciones redondeadas, ojos relucientes, nariz fina y boca de labios carnosos, se asemeja muchísimo al de otros personajes retratados por nuestro artista. Si a los rasgos físicos se agrega el dibujo preciso, el modelado de la figura, la manera de plegar las telas y la pincelada apretada, características definitoria del estilo de González Velázquez, debemos aceptar que ésta es una obra de su mano”. Pudiera tratarse del retrato de sus hijos, Vicente o de Gabino González Velázquez y Fernández (Ver: Bertha Núñez: “Zacarías Gonzalez Velázquez. (1763-1834)”, pp. 214).