Óleo sobre cartón adherido a lienzo.
43 x 51,5 cm. (tamaño del cartón).
44 x 53,5 cm. (tamaño del lienzo).
Firmado con iniciales y fechado áng.sup.dcho.
PROCEDENCIA:
Colección del artista.
Galería Guillermo de Osma, Madrid.
Galería Manuel Mayoral, Barcelona.
Galería Leandro Navarro, Madrid.
Colección particular.
EXPOSICIONES:
Murcia, Museo Ramón Gaya, “Joaquín Torres-García: Óleos, dibujos, esculturas y juguetes”, 1999.
Málaga, Fundación Pablo Picasso, “Malabarismos (1917-1949)”, 2000.
Madrid, Museo Colecciones ICO, “Joaquín Torres-García: Un Mundo Construido”, 2002-2003.
Madrid, Galería Leandro Navarro, “Joaquín Torres-García: Arte Constructivo”, 2004.
BIBLIOGRAFÍA:
Cat.exp. “Joaquín Torres-García: Óleos, dibujos, esculturas y juguetes”, Museo Ramón Gaya, Murcia, rep., titulado Bodegón.
Cat.exp. “Malabarismos (1917-1949)”, Fundación Pablo Picasso, Málaga, rep.
Cat.exp. “Joaquín Torres-García: Un Mundo Construido”, Museo Colecciones ICO, Madrid, rep.pág.218.
Cat.exp. “Joaquín Torres-García: Arte Constructivo”, Galería Leandro Navarro, Madrid, rep.pág.69
Cecilia de Torres, “Joaquín Torres-García. Catalogue raisonné”, www.torresgarcia.com, nº.cat.: 1949.02 (estate: 905).
En abril de 1934, tras 43 años de ausencia, Torres-García regresa a su ciudad natal, Montevideo, con el reconocimiento del mundo del arte en Europa pero con todo por hacer en Uruguay.
El redescubrimiento de Montevideo le causa una gran impresión: “Al llegar aquí, a Montevideo, después de cuarenta y tres años de
ausencia, quedé asombrado del cambio en el aspecto de la ciudad y en las gentes y tuve la mayor alegría. Ésta es una ciudad moderna
-me dije-, está completamente en la vibración de hoy y, excepto en la magnitud, nada tiene que envidiar a otras grandes ciudades”.
Si bien la ciudad le cautiva por su modernidad, pronto se dará cuenta que en el terreno de las artes, la sociedad uruguaya estaba muy anticuada, prevaleciendo todavía el gusto decimonónico. Así, con la intención de estimular el panorama artístico de la ciudad, Torres se puso de inmediato a dar conferencias (dictó más de 500) y escribir artículos para dar a conocer todo lo aprendido en París del arte de vanguardia y sus ideas teóricas sobre el arte constructivo.
Con la idea de impulsar un arte propio e inédito para el continente Americano, unión de la cultura indígena precolombina y la doctrina “Constructiva”, funda la Asociación de Arte Constructivo (AAC) y edita la revista “Círculo y cuadrado”, continuidad de la revista
“Cercle et Carré” de su etapa parisina. Publica varios libros como: La tradición del hombre abstracto (Doctrina constructiva), Notes sobre art, Raison et nature y Metafísica de la prehistoria Indoamericana, siendo el más importante Universalismo Constructivo, resumen de toda una vida reflexionando sobre el arte.
En 1942 crea el Taller Torres García, germen de la denominada “Escuela del Sur”, donde enseñará a futuros artistas su visión de la
universalidad de la pintura. Fallece en Montevideo en agosto de 1949.
Objetos, firmado y fechado en 1949, es una de las últimas pinturas que realizó Torres antes de su fallecimiento y resume muy bien sus ideas sobre el retorno a un arte más simple y primitivo.
Sobre un mismo fondo de color, Torres dispone varios utensilios de cocina, tales como una cuchara y un cuchillo, una espumadera y un cucharón, una olla, una taza, una aceitera, una jarra y un tarro de cristal.
Estos objetos están representados de manera bidimensional, colocados unos por encima o delante de otros eliminando totalmente la perspectiva, al estilo de las pinturas rupestres, primitivas o de época medieval, aunque manteniendo la composición y el orden.
A diferencia de “Jarrito blanco con persiana” (ver lote 506), en esta obra ya no utiliza el recurso de acentuar las sombras para sugerir
volumen sino que este es sugerido por medio de unas gruesas líneas negras que dibujan el contorno. Sobre este contorno se aplica el color buscando un mayor realismo gracias a la utilización de una gama de colores primarios más la gama de grises.
“Al trazar nuestros diseños, no hemos tenido en cuenta la dimensión de los objetos tal como están relacionados en la realidad (aquí pueden ser de igual tamaño una botella y un hombre), porque esta dimensión relativa (real) no nos interesa. Nos interesa o puede interesarnos si la dimensión marca jerarquía; es decir, si tiene significado; pero sobre todo, la dimensión nos interesa como proporción. De ahí que conviene que el dibujo sea planista (geometral) a fin de que todo pueda medirse y así establecer relaciones armónicas. No nos importa la deformación, porque ya hemos cortado con el orden normal para ponernos en un orden estético. El artista opera con formas y no con cosas, porque lo que él está haciendo es un ordenamiento plástico, y no la reproducción de un aspecto natural.
Nuestro sistema de proporciones se basa en la llamada sección áurea […]”. (Joaquín Torres-García, Universalismo Constructivo, 1944).