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688. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIICombate naval entre cristianos y turcosPar de óleos sobre lienzo. 78 x 117 cm, cada uno

Par de óleos sobre lienzo. 78 x 117 cm, cada uno.
En el reverso, uno con etiqueta de la Junta Delegada de Incautación con número de inventario “2712” y otro inscrito a tiza en el lienzo F13823”.
Ambas obras recogidas en el libro de Actas de la Junta Delegada de Incautación, JTA 16/105, 23 septiembre 1936, con números 2712 y 2709 (Ver: http://catalogos.mecd.es/opac/mosaic?q=*%3A*&start=0&rows=12&sort=fecha%20asc&fq=mssearch_people&fv=%C3%81lvarez+Laviada%2C+Manuel&fo=and).
 
Probablemente las obras que presentamos sean una interpretación libre del pintor de la Batalla de Préveza, que tuvo lugar en 1538. Podemos identificar en las banderas de los estandartes de los barcos, el escudo Real español sobre fondo blanco utilizado por los buques de la Real Armada desde el advenimiento de los Borbones al trono español (desde Felipe V a 1758), la bandera de Venecia (león en dorado sobre fondo rojo) y las banderas turcas (medias lunas). No descartamos que el buque que lleva la bandera de Venecia por el carácter historiado de su decoración sea el galeón San Marcos.
 
La batalla de Préveza se produjo el 28 de septiembre de 1538, en la Bahía de Préveza, entre la flota española al mando de Andrea Doria y la flota otomana con el virrey de Argel y el gran almirante Khair-ad-Din- “Barbarroja”.
Carlos V ante el avance de los turcos en el Mediterráneo formó una impresionante armada reforzada por los Caballeros de la Orden de Malta, los italianos y los alemanes. El objetivo primordial era atrapar a Barbarroja que durante cuatro años atacó los puertos mediterráneos aliados de España: saqueó las costas de Apulia, atacó Corfú y el mar Adriático. A pesar de que la tropa capitaneada por Andrea Doria disponía de 200 navíos, 2500 cañones y marineros venecianos, fue derrotado por la cuadrilla de Barbarroja que contaba con 150 galeras.
 
Ambos lienzos, son un documento histórico de la naturaleza dramática del combate de españoles, venecianos y otomanos. Un grupo de nubes densas y grisáceas, nos anuncia la tormenta y el viento desfavorable a los que Andrea Doria tuvo que enfrentarse impidiendo su victoria.
 
Agradecemos a D. Carlos Morenés, Marqués del Borghetto, los datos aportados para catalogación de este lote.

Precio salida

6.000 €

VENDIDO POR

6.000 €
VENDIDO
688. ESCUELA ESPAÑOLA, SIGLO XVIIICombate naval entre cristianos y turcosPar de óleos sobre lienzo. 78 x 117 cm, cada uno

Par de óleos sobre lienzo. 78 x 117 cm, cada uno.
En el reverso, uno con etiqueta de la Junta Delegada de Incautación con número de inventario “2712” y otro inscrito a tiza en el lienzo F13823”.
Ambas obras recogidas en el libro de Actas de la Junta Delegada de Incautación, JTA 16/105, 23 septiembre 1936, con números 2712 y 2709 (Ver: http://catalogos.mecd.es/opac/mosaic?q=*%3A*&start=0&rows=12&sort=fecha%20asc&fq=mssearch_people&fv=%C3%81lvarez+Laviada%2C+Manuel&fo=and).
 
Probablemente las obras que presentamos sean una interpretación libre del pintor de la Batalla de Préveza, que tuvo lugar en 1538. Podemos identificar en las banderas de los estandartes de los barcos, el escudo Real español sobre fondo blanco utilizado por los buques de la Real Armada desde el advenimiento de los Borbones al trono español (desde Felipe V a 1758), la bandera de Venecia (león en dorado sobre fondo rojo) y las banderas turcas (medias lunas). No descartamos que el buque que lleva la bandera de Venecia por el carácter historiado de su decoración sea el galeón San Marcos.
 
La batalla de Préveza se produjo el 28 de septiembre de 1538, en la Bahía de Préveza, entre la flota española al mando de Andrea Doria y la flota otomana con el virrey de Argel y el gran almirante Khair-ad-Din- “Barbarroja”.
Carlos V ante el avance de los turcos en el Mediterráneo formó una impresionante armada reforzada por los Caballeros de la Orden de Malta, los italianos y los alemanes. El objetivo primordial era atrapar a Barbarroja que durante cuatro años atacó los puertos mediterráneos aliados de España: saqueó las costas de Apulia, atacó Corfú y el mar Adriático. A pesar de que la tropa capitaneada por Andrea Doria disponía de 200 navíos, 2500 cañones y marineros venecianos, fue derrotado por la cuadrilla de Barbarroja que contaba con 150 galeras.
 
Ambos lienzos, son un documento histórico de la naturaleza dramática del combate de españoles, venecianos y otomanos. Un grupo de nubes densas y grisáceas, nos anuncia la tormenta y el viento desfavorable a los que Andrea Doria tuvo que enfrentarse impidiendo su victoria.
 
Agradecemos a D. Carlos Morenés, Marqués del Borghetto, los datos aportados para catalogación de este lote.

Precio salida: 6.000 €

VENDIDO POR: 6.000 €

706. ESCUELA MEXICANA, SIGLO XVIISanta María Egipciaca y el Padre Zósimo de Palestina sobre un paisaje

Enconchado. 44 x 63 cm.
 
Procedencia:
Antigua colección particular española.
 
Los llamados enconchados o pinturas sobre madera o lienzo con incrustaciones de nácar, abundaron en Nueva España durante la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. Los trozos de madreperla, se aplicaban, en general, y se cubrían con una tenue capa de pintura. Los irisados reflejos de nácar realzaban el efecto decorativo de las obras y el resultado eran composiciones deslumbrantes. Eran objetos muy deseados para la contemplación religiosa tanto por la iglesia como por las clases de élite. La mayoría de las pinturas de enconchados que se conservan son anónimas. Algunas firmadas por Nicolás Correa, Miguel Gonzalez, y Juan Gonzalez. Es evidente la influencia oriental en este tipo de pinturas con incrustaciones de nácar por las relaciones que mantuvo Filipinas con México.
 
Santa María Egipciaca fue una asceta que se retiró al desierto tras una vida de prostitución. Es venerada como patrona de las mujeres penitentes. Según está recogido en Vita, escrita por Sofronio, patriarca de Jerusalén (634-638), Santa María nació en algún lugar de Egipto. A los doce años escapó de la ciudad de Alejandría y viajó a Jerusalén para la fiesta de la Exaltación de la Cruz. Cuando intentó entrar en la Iglesia del Santo Sepulcro para la celebración, una fuerza invisible le impidió hacerlo y consciente de ese extraño fenómeno a causa de su impureza, sintió un fuerte remordimiento y, al ver un icono de Theotokos fuera de la iglesia, pidió perdón, prometió renunciar a su vida anterior y convertirse en asceta. De nuevo intentó entrar en la iglesia, y esta vez se le permitió. Fue, entonces a dar gracias al icono y escuchó una voz diciéndole “Si cruzas el Jordán, encontrarás el glorioso descanso”. La Santa cruzó el Jordán, se retiró al desierto y vivió el resto de su vida como ermitaña. Vivió durante 47 años de tres panes (símbolo eucarístico) y de lo que podía encontrar en la naturaleza. Durante esos años se encontró a San Zósimo de Palestina al que le narró su vida. En el momento de su encuentro, la Santa estaba desnuda y le pidió a Zósimo que dejase un manto para cubrirse. Se volvieron a encontrar el Jueves Santo de un año después, y el abad le llevó la comunión y recitaron los primeros versos de “Nunc dimittis”. En el tercer encuentro y último encuentro el abad, se encontró a María muerta sobre la arena, su cuerpo se mantuvo incorrupto. Junto al cadáver estaban escritas las siguientes palabras: “Padre Zósimo, entierra el cuerpo de María pecadora. Haz que la tierra vuelva a tierra y pide por mí. Morí la noche de la Pasión del Señor, después de haber recibido el divino Manjar”. Zósimo enterró su cuerpo con la ayuda de un león, tomó su manto, regresó al monasterio y relató la historia de María a los hermanos.
 
Sobre un paisaje casi estéril, Santa María Egipciaca arrodillada a la entrada de una cueva, en actitud de oración y contemplación de su vida ante la cruz de Cristo. La cruz descansa sobre un libro y a su lado una calavera. En el suelo, lo que parece un recipiente quizás con los panes de los que vivió la Santa y símbolos eucarísticos. En un segundo plano, el Padre Zósimo cruzando el Jordán y portando lo que parece ser una capa, con el que la María cubrió su desnudez. Un conjunto de jilgueros sobrevuela la escena. Destacamos la frescura del color rojo sobre el manto de Santa María ricamente engalanado con nácar.
 
A relacionar con el enconchado de María Magdalena Penitente vendido en Christie´s en febrero del 2022 (Ver: https://onlineonly.christies.com/s/latin-american-art-online/anonymous-mexican-school-17th-century-2/142706?ldp_breadcrumb=back ).
 

Precio salida

35.000 €

706. ESCUELA MEXICANA, SIGLO XVIISanta María Egipciaca y el Padre Zósimo de Palestina sobre un paisaje

Enconchado. 44 x 63 cm.
 
Procedencia:
Antigua colección particular española.
 
Los llamados enconchados o pinturas sobre madera o lienzo con incrustaciones de nácar, abundaron en Nueva España durante la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. Los trozos de madreperla, se aplicaban, en general, y se cubrían con una tenue capa de pintura. Los irisados reflejos de nácar realzaban el efecto decorativo de las obras y el resultado eran composiciones deslumbrantes. Eran objetos muy deseados para la contemplación religiosa tanto por la iglesia como por las clases de élite. La mayoría de las pinturas de enconchados que se conservan son anónimas. Algunas firmadas por Nicolás Correa, Miguel Gonzalez, y Juan Gonzalez. Es evidente la influencia oriental en este tipo de pinturas con incrustaciones de nácar por las relaciones que mantuvo Filipinas con México.
 
Santa María Egipciaca fue una asceta que se retiró al desierto tras una vida de prostitución. Es venerada como patrona de las mujeres penitentes. Según está recogido en Vita, escrita por Sofronio, patriarca de Jerusalén (634-638), Santa María nació en algún lugar de Egipto. A los doce años escapó de la ciudad de Alejandría y viajó a Jerusalén para la fiesta de la Exaltación de la Cruz. Cuando intentó entrar en la Iglesia del Santo Sepulcro para la celebración, una fuerza invisible le impidió hacerlo y consciente de ese extraño fenómeno a causa de su impureza, sintió un fuerte remordimiento y, al ver un icono de Theotokos fuera de la iglesia, pidió perdón, prometió renunciar a su vida anterior y convertirse en asceta. De nuevo intentó entrar en la iglesia, y esta vez se le permitió. Fue, entonces a dar gracias al icono y escuchó una voz diciéndole “Si cruzas el Jordán, encontrarás el glorioso descanso”. La Santa cruzó el Jordán, se retiró al desierto y vivió el resto de su vida como ermitaña. Vivió durante 47 años de tres panes (símbolo eucarístico) y de lo que podía encontrar en la naturaleza. Durante esos años se encontró a San Zósimo de Palestina al que le narró su vida. En el momento de su encuentro, la Santa estaba desnuda y le pidió a Zósimo que dejase un manto para cubrirse. Se volvieron a encontrar el Jueves Santo de un año después, y el abad le llevó la comunión y recitaron los primeros versos de “Nunc dimittis”. En el tercer encuentro y último encuentro el abad, se encontró a María muerta sobre la arena, su cuerpo se mantuvo incorrupto. Junto al cadáver estaban escritas las siguientes palabras: “Padre Zósimo, entierra el cuerpo de María pecadora. Haz que la tierra vuelva a tierra y pide por mí. Morí la noche de la Pasión del Señor, después de haber recibido el divino Manjar”. Zósimo enterró su cuerpo con la ayuda de un león, tomó su manto, regresó al monasterio y relató la historia de María a los hermanos.
 
Sobre un paisaje casi estéril, Santa María Egipciaca arrodillada a la entrada de una cueva, en actitud de oración y contemplación de su vida ante la cruz de Cristo. La cruz descansa sobre un libro y a su lado una calavera. En el suelo, lo que parece un recipiente quizás con los panes de los que vivió la Santa y símbolos eucarísticos. En un segundo plano, el Padre Zósimo cruzando el Jordán y portando lo que parece ser una capa, con el que la María cubrió su desnudez. Un conjunto de jilgueros sobrevuela la escena. Destacamos la frescura del color rojo sobre el manto de Santa María ricamente engalanado con nácar.
 
A relacionar con el enconchado de María Magdalena Penitente vendido en Christie´s en febrero del 2022 (Ver: https://onlineonly.christies.com/s/latin-american-art-online/anonymous-mexican-school-17th-century-2/142706?ldp_breadcrumb=back ).
 

Precio salida: 35.000 €

VENDIDO
707. ESCUELA ANDINA, SIGLO XVIIIArcángel: Uriel

Óleo sobre lienzo. 152 x 104 cm.
 
Procedencia:
Antigua colección particular española.
 
La pintura de ángeles en la pintura virreinal del Sur Andino, Bolivia y Perú alcanza una de las expresiones más atractivas en el arte de todos los tiempos como ya sugirió el académico peruano Francisco Stastny, “la abundancia de pinturas de ángeles en Bolivia y Perú coloniales podría deberse a su atractivo para la pintura de indígenas”. Las figuras pioneras de los ángeles llegaron a Sudamérica con los primeros misioneros, sobre todo los jesuitas, que difundieron la devoción angelical como parte de la evangelización y cristianización. Eran considerados, mensajeros de Dios, criaturas de amor y misericordia, cuya misión era proteger a cada hombre en el camino arduo y peligroso de la vida. La religiosidad andina, las relacionaron con sus dioses, con sus aves sagradas y las plumas usadas como símbolo de poder y realeza.
 
El arcángel Uriel es uno de los siete arcángeles de la tradición ortodoxa oriental y su nombre significa “fuego de Dios”. Representa la fuerza todopoderosa del espíritu de la vida y su misión es despertar la conciencia de los seres humanos con el fuego de la verdad.
 
Sobre un fondo de paisaje, el artista andino ha situado de pie con una atenta mirada al espectador la figura del arcángel Uriel alada. Sostiene en su mano derecha la espada, signo de claridad y luz, y la llama que simboliza la fuerza solar y el combate por la conquista del conocimiento. Viste túnica marrón y capa roja, éste último color que se relaciona con el fuego. Destacamos el fino encaje adornado con flores y cenefa de las mangas.
 
Otros ejemplos de arcángeles los podemos encontrar en Bolivia: Museo de arte de la Paz, en la iglesia de Calamarca, en la iglesia de Carabuco y en Perú: en la Igleisa de Chincheros, en el Museo de Arte de Cuzco; en el templo de San Pedro de la Comunidad de Challapampa, en Puno; en el convento de Santa Clara de Trujillo y en el Museo de Santa Teresa, en Arequipa.

Precio salida

50.000 €

VENDIDO POR

60.000 €
VENDIDO
707. ESCUELA ANDINA, SIGLO XVIIIArcángel: Uriel

Óleo sobre lienzo. 152 x 104 cm.
 
Procedencia:
Antigua colección particular española.
 
La pintura de ángeles en la pintura virreinal del Sur Andino, Bolivia y Perú alcanza una de las expresiones más atractivas en el arte de todos los tiempos como ya sugirió el académico peruano Francisco Stastny, “la abundancia de pinturas de ángeles en Bolivia y Perú coloniales podría deberse a su atractivo para la pintura de indígenas”. Las figuras pioneras de los ángeles llegaron a Sudamérica con los primeros misioneros, sobre todo los jesuitas, que difundieron la devoción angelical como parte de la evangelización y cristianización. Eran considerados, mensajeros de Dios, criaturas de amor y misericordia, cuya misión era proteger a cada hombre en el camino arduo y peligroso de la vida. La religiosidad andina, las relacionaron con sus dioses, con sus aves sagradas y las plumas usadas como símbolo de poder y realeza.
 
El arcángel Uriel es uno de los siete arcángeles de la tradición ortodoxa oriental y su nombre significa “fuego de Dios”. Representa la fuerza todopoderosa del espíritu de la vida y su misión es despertar la conciencia de los seres humanos con el fuego de la verdad.
 
Sobre un fondo de paisaje, el artista andino ha situado de pie con una atenta mirada al espectador la figura del arcángel Uriel alada. Sostiene en su mano derecha la espada, signo de claridad y luz, y la llama que simboliza la fuerza solar y el combate por la conquista del conocimiento. Viste túnica marrón y capa roja, éste último color que se relaciona con el fuego. Destacamos el fino encaje adornado con flores y cenefa de las mangas.
 
Otros ejemplos de arcángeles los podemos encontrar en Bolivia: Museo de arte de la Paz, en la iglesia de Calamarca, en la iglesia de Carabuco y en Perú: en la Igleisa de Chincheros, en el Museo de Arte de Cuzco; en el templo de San Pedro de la Comunidad de Challapampa, en Puno; en el convento de Santa Clara de Trujillo y en el Museo de Santa Teresa, en Arequipa.

Precio salida: 50.000 €

VENDIDO POR: 60.000 €

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