Pluma de tinta sepia sobre papel verjurado. 28 x 19 cm.
PROCEDENCIA:
Antigua colección de S. A. R. Dña. María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1806 - 1878).
Colección particular española.
Se trata de un bello dibujo de gran corrección anatómica. Representa una figura masculina de espaldas en un marcado contrapposto praxiteliano que obliga a desplazar el peso del cuerpo hacia una de las caderas, creando así un sinuoso movimiento en “S” que, además, obliga a acentuar el juego de la musculatura, especialmente de la espalda. A ello contribuye la apertura de los brazos y el giro del cuello y la cabeza. Aunque tan solo se aprecia parte del rostro, el artista ha sido capaz de dotarle de una gran fuerza expresiva a través del teatral gesto y el cabello alborotado. El dibujo está realizado con seguridad a base de certeras y finas líneas de tinta, utilizando un característico rayado para producir las sombras y el volumen.
Durante la Edad Moderna, la práctica del dibujo era considerada como punto nodal en el proceso de producción artística tanto desde el punto de vista teórico como práctico y, por tanto, directamente relacionado con el carácter especulativo e intelectual de las artes, alejándose de lo mecánico y artesanal. Dentro de los diferentes tipos generales de dibujo que los tratadistas de nuestro siglo de oro señalan (Carducho, Pacheco, Palomino), el que nos ocupa se sitúa en los estudios del “natural desnudo”, es decir, el estudio de la figura humana a partir de un modelo vivo, considerado como un género de dibujo básico en la formación y perfeccionamiento de los artistas y que es reflejo también de la generaliza idea de la necesidad de las academias en las que dicha formación se desarrollase con un método reglado situándola fuera de las estructuras gremiales1.
El dibujo tiene en la zona inferior izquierda una inscripción antigua realizada a pluma en la que figura el nombre de Francisco de Ribalta, al que ha sido atribuido. La letra de la inscripción podría corresponder a Francisco de Solís, artista madrileño muy relacionado precisamente con la academia en la segunda mitad del siglo XVII y que llegó a reunir una importantísima colección de libros, estampas y dibujos de grandes artistas tanto italianos como españoles, lo cual añadiría un fundamental dato en cuanto a la procedencia de uno de sus primeros propietarios2.
No son muy abundantes los dibujos conservados o identificados seguros de Ribalta, lo que dificulta en ocasiones el establecimiento de unos rasgos muy precisos propios o la posibilidad de contar con amplios patrones comparativos que permitan establecer similitudes, atribuciones, descartes, etc3 . porque, además, algunos de los que se le atribuyen presentan ciertos caracteres diferentes. En cualquier caso, dado la conceptualidad general del dibujo sobre todo en lo que al aire italiano y el manierismo de raigambres escurialense se refiere, podría seguir manteniéndose dicha atribución.
Francisco Ribalta ocupará un destacado papel en el desarrollo del primer naturalismo. Aunque había nacido en la provincia de Lérida, su formación la desarrollará en el rico ambiente artístico de El Escorial, que actuó como fundamental crisol cultural entre lo italiano y lo español. Allí comenzó a formar su estilo asimilando y conjugando con personalidad diferentes influencias que aflorarán en sus obras, entre las que destacan la grave rotundidad de los hermanos Carducho, la retórica de Cincinato, los audaces escorzos de Tibaldi, los juegos lumínicos de Cambiaso, o el dramatismo de Navarrete. También hay noticas documentales que lo relacionan con pintores como Blas de Prado y Pantoja de la Cruz. Es decir, era un artista al tanto de las novedades más significativas que se desarrollaban en el ambiente artístico de primera fila en el momento. A partir de ahí desarrollaría su profesión en Madrid hasta 1599 en que se traslada a Valencia donde permanecería ya el resto de su vida ejercitando una intensa actividad artística por el camino de un naturalismo de conmovedora fuerza e intensidad expresiva y emotiva, convirtiéndose en uno de los principales artistas de ese ámbito cronológico.
En cuanto a los rasgos estilísticos de su grafismo, se deja sentir el peso específico de su formación escurialense en la que el poso italiano tiene obviamente una gran importancia con un uso rápido pero seguro de la pluma con la que consigue crear muy convincentemente no solo los volúmenes anatómicos sino dotar a las figuras de una gran expresividad4. Aunque de trazo diferente, más nervioso, los modelos anatómicos y conceptuales son similares a la Flagelación de la Biblioteca Nacional de España. También podrían encontrarse concomitancias con el San Juan Bautista que se le atribuye y, sobre todo con el San Antonio de Padua, ambos en el Museo Nacional del Prado. Algunos otros dibujos característicos del artista son la Institución de la Eucaristía y el San Bruno del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Álvaro Pascual Chenel
Agradecemos a Álvaro Pascual Chenel su ayuda en la catalogación de este lote.
1 Pascual Chenel, Álvaro, “Eugenio Cajés, entre la formación italiana en España, Vicente Carducho y la escuela madrileña: relaciones e intercambios”, Bulletin of Spanish Visual Studies, vol IV, nº1, 2020, pp. 125-152.
2 García-Toraño Martínez, Isabel Clara; Rodríguez Rebollo, Ángel, “Francisco de Solís, Collector of Drawings”, en Diéguez-Rodríguez, Ana and Rodríguez Rebollo, Ángel (eds.), The Pictor Doctus, between Knowledge and Workshop Artists, Collections and Friendship in Europe, 1500-1900, Turnhout, Brepols, 2021, pp. 105-132.
3 Angulo, Diego, Pérez Sánchez, Alfonso, A Corpus os Spanish Drawings. Volume four: Valencia 1600 to 1700, Londres, Harvey Miller, 1988, pp. 66-74.
4 Pérez Sánchez, Alfonso, Historia del Dibujo en España. De la Edad Media a Goya, Cátedra, Madrid, 1986, pp. 192-196.