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847. ESCUELA CASTELLANA, SIGLO FF. SIGLO XV. PP. SIGLO XVILamentación sobre Cristo muerto, con las tres María, Nicodemo y José de Arimatea.

Óleo sobre tabla. 159 x 129 cm. Esta importante tabla inédita, de indudable depurado estilo, nos sitúa en Castilla cuando florecía el estilo hispanoflamenco, a finales del siglo XV o comienzos del XVI, y nos acerca al importante pintor Fernando Gallego (1468-1570). A través de un arco adintelado, resuelto severamente con un paramento de ladrillo que crea una profundidad evidente, el pintor representa en un paisaje la lamentación de la Virgen con el cuerpo de Cristo en su regazo, acompañada por las tres Marías, san Juan, Nicodemo y José de Arimatea. Con dibujo firme, el autor define no sólo los contornos de las figuras sino sus variados gestos dramáticos, forzados e inestables, de intensa mirada, que no mitigan en absoluto el horror del momento, recurso muy habitual en la producción de Gallego. Cabe destacar la peculiar grafía con que el pintor resuelve las barbas de Nicodemo y la forma de plegar las telas, casi artificial; ambas notas ayudan, junto a los gestos y actitudes de los personajes, al desarrollo de la acción. Las telas que caen sobre el suelo, quedando como amontonadas en un primer plano, recuerdan a Campin o a van der Weyden. Al fondo, un paisaje, Jerusalén, con motivos arquitectónicos que no olvida el más mínimo detalle con una gran peculiaridad en el modo de resolver las vegetaciones, con arbustos esbozados de manera sencilla. A comparar con el Tríptico de Santa Catalina de Francisco Gallego conservado en el Museo Catedralicio de Salamanca, especialmente en el modelo de María, tanto en la disposición como en la manera de resolver el nimbo (Ver: Pilar Silva Maroto: Fernando Gallego, Salamanca, Caja Duero. 2004, pág. 431).

Precio salida

30.000 €

847. ESCUELA CASTELLANA, SIGLO FF. SIGLO XV. PP. SIGLO XVILamentación sobre Cristo muerto, con las tres María, Nicodemo y José de Arimatea.

Óleo sobre tabla. 159 x 129 cm. Esta importante tabla inédita, de indudable depurado estilo, nos sitúa en Castilla cuando florecía el estilo hispanoflamenco, a finales del siglo XV o comienzos del XVI, y nos acerca al importante pintor Fernando Gallego (1468-1570). A través de un arco adintelado, resuelto severamente con un paramento de ladrillo que crea una profundidad evidente, el pintor representa en un paisaje la lamentación de la Virgen con el cuerpo de Cristo en su regazo, acompañada por las tres Marías, san Juan, Nicodemo y José de Arimatea. Con dibujo firme, el autor define no sólo los contornos de las figuras sino sus variados gestos dramáticos, forzados e inestables, de intensa mirada, que no mitigan en absoluto el horror del momento, recurso muy habitual en la producción de Gallego. Cabe destacar la peculiar grafía con que el pintor resuelve las barbas de Nicodemo y la forma de plegar las telas, casi artificial; ambas notas ayudan, junto a los gestos y actitudes de los personajes, al desarrollo de la acción. Las telas que caen sobre el suelo, quedando como amontonadas en un primer plano, recuerdan a Campin o a van der Weyden. Al fondo, un paisaje, Jerusalén, con motivos arquitectónicos que no olvida el más mínimo detalle con una gran peculiaridad en el modo de resolver las vegetaciones, con arbustos esbozados de manera sencilla. A comparar con el Tríptico de Santa Catalina de Francisco Gallego conservado en el Museo Catedralicio de Salamanca, especialmente en el modelo de María, tanto en la disposición como en la manera de resolver el nimbo (Ver: Pilar Silva Maroto: Fernando Gallego, Salamanca, Caja Duero. 2004, pág. 431).

Precio salida: 30.000 €

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